La Lucha por la Salud de las Mujeres Hondureñas frente a la Maquila. 

Pulso Laboral N°1 Octubre 2022 ISSN en trámite

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La Lucha por la Salud de las Mujeres Hondureñas frente a la Maquila.

Entrevista a María Luisa Regalado (fundadora y coordinadora de CODEMUH) 1

Pulso Laboral: ¿Qué es CODEMUH y cómo surge?

María Luisa Regalado: La Colectiva de Mujeres Hondureña (CODEMUH) es una organización feminista de base que nace en 1989.  Su quehacer está fundamentado en la lucha por la erradicación de las violencias contra las mujeres especialmente en lo referente a su condición de género y en materia laboral especialmente dirigido a obreras de la industria maquiladora. 

CODEMUH nace por la necesidad de desarrollar procesos organizativos, educativos, y reivindicativos de los derechos de las mujeres en el área urbana. En ese momento había varias organizaciones, pero la mayor parte se orientaban hacia las mujeres campesinas.

Nos encontrábamos trabajando en Tegucigalpa y en los municipios de la zona norte San Pedro Sula – Choloma y resultaba necesario comenzar a dar una respuesta organizada frente a todos los problemas de violaciones a los derechos humanos laborales y en particular por todos los problemas que las mujeres estaban enfrentando, entre ellos, la falta de participación política pública que tenían las mujeres de las zonas populares de estas ciudades. 

Las obreras de la maquila tenían pánico, no querían hablar de los problemas que enfrentaban a diario, le tenían mucho miedo al sector empresarial, temían que se las despidiera porque la violencia en este momento era sumamente fuerte, la situación era bastante peor que en la actualidad. Hoy por lo menos, muchas mujeres han perdido el miedo y se han atrevido a sacar su voz a la vida pública al denunciar y exigir el respeto de sus d

erechos. Exigen el acceso a la justicia. Es común escuchar hoy que las mujeres dicen: “hemos aprendido a hablar. Hemos perdido el miedo ya no nos callamos. Exigimos y lo hacemos sin violencia, lo hacemos de una forma educada pero con seguridad sabiendo que el derecho nos asiste”

PL: ¿Cómo se expandió la industria maquiladora en Honduras?

MLR: La maquila se instaló en el país a mediados de los años 70’ y llega a la zona libre de Puerto Cortés, posteriormente en los años 80’ se extendieron los grandes parques de procesamiento industrial. El norte de Honduras es un área estratégica, especialmente San Pedro Sula, Choloma, Villanueva, y otros municipios aledaños, por su accesibilidad en cuanto a los puertos y aeropuertos. 

Los distintos gobiernos realizaron una gran cantidad de concesiones. El sector maquilador no paga impuestos, ni de exportación o importación y ningún otro. Desde el Estado también empezaron a ofertar mano de obra barata a partir de la existencia de una gran cantidad de gente desempleada. La mayor parte de la población trabajadora de la maquila, son migrantes del campo a la ciudad en búsqueda de empleo, especialmente mujeres. 

En los años 80’ – 90’ se podían encontrar mujeres muy jóvenes, de 12, 14, 15 años trabajando en las maquilas. Se trata de una explotación muy fuerte con leyes blandas para que los empresarios puedan producir sin inconvenientes, incumpliendo lo establecido en la Constitución de la República y el Código del Trabajo. Toda esa situación se ha dado y se sigue dando en este país.  

Las mujeres trabajadoras de la maquila originarias del campo desconocían totalmente las leyes y sus derechos.  En los años 80’ y 90’ las obreras llegaban a trabajar hasta 24 horas seguidas, desde el sector maquilador se las convocaba por la radio, les ofrecían empleos con casa, transporte y cobertura de salud. Algunas madres y padres dejaban a sus hijas contentos porque supuestamente iban a tener todas las condiciones, pero nada de eso se cumplía, por ejemplo las casas que les daban se encontraban hacinadas, en ellas vivían más de 20 cuando eran para cuatro o cinco personas.  Les decían: “cómo le damos casa, nosotros decidimos si van a quedarse trabajando hoy todo el día”, por lo cual las hacían trabajar hasta 24 horas consecutivas. Las mujeres y especialmente las mujeres jóvenes son apetecidas por la industria maquiladora, por su motricidad fina garantizan una buena calidad en la actividad textil. 

María Luisa Regalado fundadora de CODEMUH

Hablar de las maquilas, es hablar de las grandes transnacionales, fundamentalmente de capitales de Estados Unidos y Canadá. La Corporación Gildan Activewear es una corporación que tiene más de 10 empresas en Honduras, sucede igual con la línea Delta Apparel entre otras marcas transnacionales.

PL: ¿Cómo se fue desarrollando la labor de CODEMUH?

MLR: En esta realidad CODEMUH fue haciendo un trabajo de incidencia, de acercamiento y de ir obteniendo la confianza de las trabajadoras y poco a poco se fueron organizando. Así logramos que las mujeres salieran de las cuatro paredes, de los cuarterillas dónde vivían y de las cuatro paredes de la maquila, hacia una vida pública en la que pudieran exigir sus derechos y demandar al Estado de Honduras respuestas a sus reclamos. También comenzaron a poner límites a las condiciones de trabajo que imponían las empresas maquiladoras. 

En todo este andar nosotras estamos trabajando muy fuertemente en un proceso integral. Desde la organización, la capacitación, la atención jurídica, la asesoría médica en salud laboral y la investigación sobre condiciones de trabajo. Nuestro trabajo incluye los aspectos emocionales, incorporamos lo relacionado a la violencia en materia laboral.   

El Dr. Luis M. Perez Pantoja (UAM – X) en un taller de formación sobre salud laboral

PL:  ¿Qué trabajos llevan adelante CODEMUH y la UAM – Xochimilco en materia de salud laboral? ¿Cómo ha impactado este trabajo conjunto?

MLR: La CODEMUH tiene un convenio firmado con la Universidad Autónoma Metropolitana de México para realizar distintas investigaciones científicas. Junto con el Dr. Luis Manuel Pérez Pantoja, catedrático y docente de la universidad, desde el 2005 nos está acompañando en este proceso de asesoría e investigación sobre salud laboral, que incluso nos ha aportado muchísimo para el proceso de incidencia política. 

La CODEMUH ha logrado posicionar la problemática de salud de las trabajadoras de la maquila ante distintas instancias del Estado, como la Secretaría del Trabajo, Instituto Hondureño de Seguridad Social, los medios de comunicación y las mismas empresas maquiladoras. Hoy la problemática de salud en el trabajo es un tema conocido, posicionado en el país, y ya se encuentra en la agenda de esas instancias del Estado y del sector empresarial. 

PL: ¿En qué consiste el reclamo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)?

MLR: La CODEMUH lleva adelante una demanda por 49 trabajadoras ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Este proceso se inició en el 2015 y en pocos días más, vamos a iniciar el proceso de negociación con el Estado de solución amistosa. Es importante decir, que este resultado es parte del recorrido histórico que CODEMUH ha hecho por todo el sistema administrativo y judicial, llevando los casos ante las instancias administrativas como el Seguro Social, la Secretaría del Trabajo y luego también se presentaron las distintas demandas al sistema judicial recorriendo desde el Juzgado de Primera Instancia, la Corte de Apelaciones hasta llegar a la Corte Suprema. 

El caso de las 49 trabajadoras surge a partir de un recurso de amparo que la CODEMUH interpuso ante la Sala de lo Laboral por trabajadoras que tenían dictámenes de reubicación laboral por padecer enfermedades profesionales. La Secretaría del Trabajo nunca instrumentó la reubicación por lo cual se interpuso el recurso y salió la sentencia favorable a las trabajadoras, pero tampoco la Corte ejecutó la sentencia del recurso. Por esta razón, nosotras llevamos este caso a la CIDH con la intención de interponer una demanda en contra del Estado de Honduras. Fue así que la Comisión admitió el cao y le propuso al Estado llegar a un proceso de solución amistosa y que es lo que estamos iniciando. 

Lecturas recomendadas

  1. Entrevista realizada por Federico Vocos el 11 de agosto de 2022.

Convenio OIT 190 sobre violencia y acoso en el mundo del trabajo:

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Convenio OIT 190 sobre violencia y acoso en el mundo del trabajo: conocer para actuar .

Lali Feldman 1

 

“Si no te gusta, te vas. ¿Sabés la fila de gente que hay en la calle esperando para trabajar acá?” 

¿Justo ahora te venís a embarazar? 

“¿Qué te venís a hacer el gremialista? Las cosas acá fueron y seguirán siendo así. Todos tenemos problemas. Y no sigás llenándole la cabeza a tus compañeros.” 

“Me sacaron mis tareas y me pasaron a un sector que todos sabemos que es el lugar de los castigados. Ni siquiera hay un baño cerca. Tenés que cruzar todo el descampado para llegar.”

“No soy la primera a la que le pasa esto. A otras compañeras también, pero aguantaron sus insinuaciones constantes y eso de hacer como que te toca sin querer cuando pasa al lado tuyo, o te besa cerca de la boca. Pero es difícil poder demostrarlo y yo necesito trabajar.” 

“Estuve aislado por COVID y cuando volví de una me dijeron que ya no les servía más.”

Desnaturalizar la violencia y acoso en el mundo del trabajo

Quién más… quién menos, seguramente todas y todos nosotros conocemos o pasamos situaciones parecidas en nuestros ámbitos de trabajo. A veces evidentes o manifiestas, otras (la mayoría) más sutiles e invisibilizadas o naturalizadas.

Prácticas y comportamientos que afectan indefectiblemente la salud psicofísica de quien está siendo víctima, su vida laboral, familiar y social y también, y por sobre todo, su dignidad e integridad. 

Hablar de violencia y acoso en el mundo del trabajo es hablar de una problemática que afecta a muchos trabajadores y trabajadoras en nuestro país. 

Al menos a 3 de cada 10, según un estudio realizado por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) y el Ministerio de Trabajo de la Nación  sobre Condiciones de Empleo, Trabajo, Salud y Seguridad en el año 2018, número que en términos absolutos alcanzaría a unos 5 millones de personas. 

Pero sabemos que son muchas y muchos más porque, como decíamos, se trata de situaciones difíciles de identificar, de encuadrar, de ponerles un nombre. Quien es víctima suele sentir confusión, angustia, pánico, soledad, depresión, puede tener picos de presión u otras enfermedades  y también temor a perder el trabajo o a resultar estigmatizada o estigmatizado como una persona conflictiva o cobarde. 

Hablar de violencia y acoso en el mundo del trabajo es hablar del abuso de poder que puede estar ejerciendo un jefe o jefa, supervisores o encargadas, pero también pares, clientes o usuarios externos a la organización laboral, entre otros. 

Incluye el acoso psicológico, la agresión física y el acoso o el abuso sexual. Se trata de un ejercicio abusivo que suele tener una finalidad, que se despliega como una estrategia, procurando desplazar a alguien de su puesto de trabajo (porque renuncia, porque pide un cambio de horario o sector, porque se enferma) o bien, anularla como persona. Como estrategia de disciplinamiento o como una política de reducción de personal, cuando forma parte de una acción organizacional, o de carácter interpersonal cuando, por ejemplo, se presenta como acoso sexual. 

Un abuso de poder que se encuentra enraizado en al menos dos ejes de desigualdades que atraviesan nuestra cultura y nuestra sociedad: 

  • el que determina el modo de producción capitalista, donde el trabajo se configura sobre la base de relaciones desiguales de poder entre quienes disponen (venden) su fuerza de trabajo, a cambio de un salario o retribución que paga el propietario de los medios de producción y, 
  • el relativo a la distribución desigual de poder entre los géneros, lo que es ciertamente verificable en todos los ámbitos, incluyendo el laboral.

Y a todo esto se suman otras variables que, de manera interseccional, atraviesan y hacen más vulnerable a quien ya se encuentra en situación de desventaja, por ejemplo por el hecho de pertenecer a determinada etnia o clase social, tener cierto pensamiento político, edad, nacionalidad o incluso alguna discapacidad. 

El Convenio 190 y su ratificación 

La violencia y el acoso no constituyen una particularidad de nuestro tiempo ya que, siempre hubo abuso de poder en el sentido que lo describimos más arriba. Lo que sí constituye un avance, que representa una conquista para el conjunto de las trabajadoras y trabajadores de nuestro país y del mundo entero, fue la aprobación, en junio de 2019, del Convenio 190 sobre Violencia y Acoso en el Mundo del Trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La novedad es que este instrumento consagra el derecho a trabajar en ambientes libres de violencia y acoso, incluyendo a trabajadoras y trabajadores, cualquiera sea su situación contractual, sean del ámbito público o privado, rurales o urbanos, formales o en situación de informalidad, y también a quienes buscan empleo (postulantes), se encuentran realizando una práctica laboral o fueron despedidos.

Collage: Federico Geller

Comprende la violencia y el acoso que puedan presentarse en el lugar de trabajo o en ocasión del mismo, por ejemplo en el trayecto desde o hacia el domicilio, en actividades de formación, bajo modalidad presencial o a distancia (teletrabajo), sean ejercidas por alguna persona de la organización laboral o por alguien externo. Y también contempla el impacto que tiene la llamada “violencia doméstica” en el trabajo. 

Para que este derecho consagrado trascienda la letra escrita y se configure como una realidad, o al menos como una posibilidad de contener, desarticular y más aún, evitar el despliegue y la consolidación de este tipo de estrategias abusivas, el mismo Convenio establece obligaciones para los Estados que lo ratifiquen y para los empleadores, así como también instancias de activa participación por parte de las organizaciones sindicales, en la definición de las políticas y legislación específicas. 

El Convenio 190 es, en definitiva, un desafío y una oportunidad para los países que se avengan a cumplimentarlo, lo que ha sido formalizado por Argentina mediante la Ley N° 27580 por la cual lo ratificó, encontrándose en vigor para nuestro país a partir de febrero de 2022. 

Conocer para actuar; apropiarse de esta herramienta en el mejor de los sentidos, podría comprenderse hoy día como uno de los deberes propios de dirigentes y delegadas y delegados sindicales. 

En el plano de lo cotidiano, aportar a identificar prácticas y comportamientos que podrían encuadrarse como violencia o acoso laboral, forman parte de la tarea gremial, sabiendo que muchas y muchos compañeros pueden estar atravesando este tipo de situaciones y no lo saben o no le dan ese nombre, o bien no disponen de información respecto a dónde o a quién recurrir. 

Acompañar y respetar los tiempos y decisiones que vaya tomando quién o quienes están siendo víctimas, en el transcurso del recorrido de una ruta tan crítica y dolorosa, repleta de incertidumbres pero en compañía de su representante sindical puede hacer la diferencia en ese camino, abriendo la posibilidad de encontrar la fortaleza necesaria para remontar o minimizar los daños que, como cualquier forma de violencia (de eso estamos hablando), producen la violencia y el acoso laboral. 

Difundir, dar a conocer este derecho que, no por resultar en cierto sentido una obviedad, nos asiste a todas y todos los trabajadores, así como el deber de los empleadores de adoptar medidas preventivas, de protección y de reparación. 

Procurar, si fuera necesario, la debida atención de la salud facilitando o acompañando para que las obras sociales sindicales dispongan de profesionales que también comiencen a conocer un poco más acerca de este tema y el tratamiento específico que requiere. 

Ubicar, para poder orientar, acerca de los ámbitos de consultas y denuncias apropiados según los tipos de violencia y acoso, especialmente aquellos que abordan la problemática desde la perspectiva laboral con una mirada integrada, inclusiva y con perspectiva de género. 

En definitiva, como representante, aprender e investigar, y también ponerse a disposición del compañero o compañera partiendo del hecho que la violencia y el acoso no es algo que le sucede, sino algo que le hacen, y que no es un tema individual. Diseñar y desplegar una estrategia que permita enfrentar la estrategia que lleva o pretende llevar adelante quien ejerce abuso de poder es parte de acción colectiva. 

Desde el punto de vista de la organización, y contemplando las instancias que el mismo Convenio 190 dispone: promover la inclusión del tema en la negociación colectiva así como en actividades de formación y capacitación, la elaboración de protocolos internos con la participación del sindicato y de organismos externos, que incorporen la prevención, sanciones y otras medidas, abarcando también los efectos de la violencia doméstica y la debida protección y resguardo a las compañeras que pudieran estar atravesando este tipo de situaciones, son algunas de las acciones a encarar. 

Desde hace poco tiempo, disponemos del Convenio 190 como herramienta muy poderosa que, en sus 12 artículos centrales, nos marca una hoja de ruta con indicaciones concretas y específicas.2 

Nos queda entonces conquistar (en los hechos), el logro que supuso su aprobación, para que cada vez sean menos “las y los 3 de cada 10”, para desarticular la impunidad que refuerza y hace más poderoso o poderosa a quien abusa de su poder causando daños muchas veces irreparables y, como dijimos antes, para hacer realidad el derecho a un trabajo sin violencia ni acoso. 

Lecturas recomendadas 

La Recomendación R206 – Recomendación sobre la violencia y el acoso, 2019 (núm. 206) que incluye aportes prácticos sobre el tema y que  fue elaborada en forma paralela al Convenio, en el marco de los debates que durante 4 años llevó la confección de esta normativa.  

  1. Profesional especializada en violencia laboral – MTEySS. Integrante del Observatorio de Condiciones de Trabajo (OCT – CITRA). Licenciada en Ciencias de la Educación
  2. También es importante conocer la Recomendación 206, que incluye aportes prácticos sobre el tema y que  fue elaborada en forma paralela al Convenio, en el marco de los debates que durante 4 años llevó la confección de esta normativa.  https://www.ilo.org/dyn/normlex/es/f?p=NORMLEXPUB:12100:0::NO::P12100_ILO_CODE:R206 

Contra viento y marea. Trabajadores y sindicatos del sector audiovisual argentino y sus desafíos en la pos pandemia

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Contra viento y marea. Trabajadores y sindicatos del sector audiovisual argentino y sus desafíos en la pos pandemia

María Noel Bulloni 1

Las particularidades del sector

El sector audiovisual es un caso particular dentro del conjunto de actividades culturales en el país. Presenta un peso y dinamismo económico apreciables, concentrando la mayor proporción del valor agregado y del empleo del sector cultural (24,9% y 28,6% respectivamente, (INDEC, 2021) y, pese a las restricciones estructurales que caracterizan su evolución, cuenta con una trayectoria productiva ciertamente notoria. Asimismo, es destacable la elevada proporción de trabajo asalariado regulado por las leyes laborales y convenios colectivos de trabajo, y la relevancia que históricamente adquiere la representación sindical, lo cual constituye una rareza en el ámbito internacional y en otros sectores del campo cultural, donde predominan tendencias hacia la individualización y deslaboralización.

Este sector se encuentra conformado por diversos segmentos y actividades, cada uno con desarrollos productivos y problemáticas laborales particulares. En tal sentido, podemos distinguir dos grupos principales: por un lado, las actividades de radiodifusión (que concentran el grueso del empleo estable y que continuaron funcionando durante la pandemia debido a sus características de “esenciales”) y, por el otro, las actividades de producción de contenidos (para cine, publicidad, televisión, internet) mayormente asociadas con el trabajo esporádico (eventual, por proyectos y, por ende, precario) y que, con la irrupción de la pandemia, quedaron totalmente paralizadas durante largos meses.

Trabajo y trabajadores del sector frente a la pandemia

Sin dudas, la pandemia contribuyó a visibilizar esta problemática en los ámbitos políticos y sectoriales, desde donde se promovieron diversos informes y relevamientos que dan cuenta de un agravamiento de la condición precaria del trabajo y de sus desigualdades intrínsecas como así también de las respuestas que se fueron articulando desde el Estado y desde el propio campo laboral y sindical en este y otros sectores de la cultura del país y de la región.

Desde estos estudios se pone en evidencia que el rol del Estado y de las políticas públicas resulta un factor clave para el sostenimiento de los trabajadores culturales, la reactivación de la actividad, la generación de trabajo y la promoción del consumo en los sectores de la cultura. Pese al cuadro de flexibilidad y precariedad laboral fragmentado predominante, en ciertos contextos y escenarios el plano de la organización colectiva actualiza su vigencia. Concretamente, se advierte que, en ciertos casos, las organizaciones sindicales y profesionales han cumplido un papel estratégico en esta situación de emergencia.

La relevancia del accionar sindical

Cabe aquí enfatizar el accionar de los sindicatos del audiovisual argentino frente a la crisis, organizando y gestionando medidas de apoyo económico en articulación con organismos gubernamentales, motorizando la elaboración y puesta en marcha de protocolos consensuados para el retorno de los rodajes, entre otras medidas.

La marcada recuperación de la actividad económica y del empleo sectorial que se viene registrando desde el último año que, según estadísticas sindicales y otras evidencias menos exhaustivas relevadas en los segmentos de interés podemos señalar que en 2021 ha sido del orden del 200% respecto del año previo, promueve un horizonte auspicioso no sólo en términos de empleo/cuantitativos sino también para retomar la lucha por resguardar y amplificar una regulación laboral protectoria pese a la histórica condición de intermitencia y precariedad del trabajo profundizada y evidenciada durante la pandemia de manera contundente.

Gentileza: Ezequiel Barrella

En este marco, podemos destacar el reciente e inédito logro del Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina, Animación Publicidad y Medios Audiovisuales (SICA APMA) relativo a la creación de un fondo de maternidad generado a partir de un incremento en el aporte patronal destinado a implementar una asignación sindical para personas gestantes desempleadas. Esta conquista incorpora una perspectiva de género en el desafiante camino hacia la regulación y protección social del trabajo eventual mayoritario de sus bases, y se suma a otros logros de relevancia como el acceso a la jubilación, el seguro de desempleo y la asignación por prenatal, derechos laborales inaccesibles hasta hace escasos años.

Claro que estos logros deben ser puestos en relación con un proceso más amplio de recuperación de condiciones y regulaciones del trabajo audiovisual impulsado por el accionar de los históricos sindicatos que tienen representación sobre estos colectivos en articulación con la orientación de la política estatal en esta esfera durante los gobiernos kirchneristas (además del SICAAPMA, podemos mencionar el Sindicato Argentino de Televisión – SATSAID, la Asociación Argentina de Actores – AAA, el Sindicato Único de Trabajadores del Espectáculo Público – SUTEP). En este proceso se alcanzaron resultados importantes que cristalizan la correlación de fuerzas de esos años: se restableció y preservó el reconocimiento de la relación de dependencia contra diversas formas fraudulentas de contratación, se instalaron pisos mínimos de protección y de condiciones laborales, limitando la discrecionalidad patronal de manera significativa. Es cierto también que las lógicas flexibilizadoras/precarizadoras no desaparecieron por estos años y que, como era de esperar, luego se agudizaron frente a la reedición de un contexto político e institucional más regresivo en materia laboral en el que fueron predominantes estrategias gremiales de corte más defensivo.

Próximos desafíos

Luego de los críticos meses de parálisis de la actividad a causa de la pandemia, el retorno a la actividad y, de manera más amplia, un nuevo escenario de la pospandemia detona nuevos interrogantes y agudiza la necesidad de seguir avanzando en la comprensión de los rasgos que adquiere la cuestión laboral y sindical del campo audiovisual, sus tensiones, desigualdades y respuestas colectivas más destacadas, teniendo en cuenta sus particularidades sectoriales y sus contextos institucionales específicos. En este sentido, las ventanas de exhibición vía internet y, más específicamente, las plataformas audiovisuales over the top (OTT) tiene una importancia destacada para comprender la realidad laboral actual del sector, transformándose en poco tiempo en uno de los más importantes demandantes de contenidos para la producción local, tanto televisiva (series) como cinematográfica (películas). Esta circunstancia plantea un escenario complejo de oportunidades y problemáticas laborales que debemos analizar con detenimiento, pero desde ya podemos afirmar que vienen demandando nuevos y renovados esfuerzos a las organizaciones sindicales para sostenerse en su singular defensa de los intereses y derechos colectivos del sector, contra viento y marea.

Lecturas recomendadas

El sector audiovisual y del espectáculo en vivo ante la pandemia. Un estudio sobre los impactos en el trabajo y las respuestas sindicales en ocho países de América. https://citra.org.ar/metodo-citra-vol-10/

  1. Investigadora CIC CONICET en CITRA. Docente e investigadora UNAJ. Doctora en Ciencias Sociales por la UBA.

Coyuntura Laboral: Principales Indicadores

Pulso Laboral N°1 Octubre 2022 ISSN en trámite

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Coyuntura laboral: Principales Indicadores¹ 

En un contexto sumamente complejo como el que nos encontramos, desde el Observatorio de Condiciones de Trabajo del Centro de Innovación de los Trabajadores  (OCT-CITRA), consideramos relevante presentar de forma periódica una síntesis de los  principales indicadores laborales según las distintas fuentes disponibles, con el pro pósito de poner a disposición, un cuadro de situación actualizado sobre las variables  centrales vinculadas al mundo del trabajo.  

Es importante analizar la siguiente información en un  contexto marcado por dos procesos económicos que tienen una fuerte incidencia:  

  • Un sostenido nivel de crecimiento del producto interno bruto (PIB). En el segundo trimestre de 2022,  el PIB creció 1,0% en términos desestacionalizados respecto al primer trimestre de este año. En comparación con igual período del año anterior, registró un aumento de 6,9% en el segundo trimestre  del año².  
  • Un elevado nivel inflacionario. El nivel general del  Índice de precios al consumidor (IPC) aumentó 7,0% mensual en agosto de 2022, y acumuló, en los primeros ocho meses del año, una variación de 56,4%. En la comparación interanual registró un incremento de 78,5%³.  

Los indicadores que se presentan a continuación son los más recientes que se encuentran disponibles por los distintos sistemas de información gubernamentales.  

Empleo desocupación y subocupación 

Al analizar lo ocurrido en relación a los principales indicadores sobre el mercado  de trabajo, resulta necesario recurrir a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del  Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) que realiza una medición continua  sobre la población urbana en la Argentina. Se relevan de forma trimestral 31 aglomera dos urbanos, con un alcance de 29,1 millones de personas.  

Los principales resultados de la última medición disponible vinculada al segundo  trimestre de 2022⁴ (cuadro 1) da cuenta que:  

  • La población ocupada pasó de 12,0 millones a 13.0 millones, por lo cual la tasa  de empleo aumentó más de 3 puntos porcentuales (p.p.) de 41,5% a 44,6%.  » La tasa de empleo se calcula: Ocupados/ Total de la población.  
  • El desempleo disminuyó a 0,9 millones de personas siendo en el mismo trimestre del año anterior de 1,3 millones, de esta forma la tasa de desempleo descendió casi 3 p. p. (de 9,6% a 6,9%). Es el registro más bajo desde el 2° trimestre de  2015 en el que alcanzó el 6,6%⁵.  

» La tasa de desempleo se calcula: Desocupados / Población Económica mente Activa – PEA (Ocupados + trabajadores desocupados). 

  • También se observa un descenso de la subocupación de 1,645 millones de personas a 1,552 millones. Con lo cual se verifica una disminución en la tasa de  subocupación de más de 1 p.p. (de 12,4% a 11,1%). Entre los subocupados que  demandan trabajo también se observa una reducción de 0,8 p.p. (de 8,5% a 7,7%).  

» Los trabajadores subocupados son quienes trabajan menos de 35 horas semanales y están dispuestos a trabajar más horas.  

  • La contracara de la subocupación puede encontrarse en que el 27,4% de las  personas con al menos una ocupación se encuentran sobreocupadas. 

» Los trabajadores sobreocupados son quienes trabajan más de 45 horas semanales. 

  • La presión sobre el mercado de trabajo  (suma de personas desocupadas, ocupadas  demandantes de empleo y ocupadas no de mandantes disponibles) registró 28,8%, es decir levemente por encima del mismo trimestre del año anterior (25,5%). Este indicador se encuentra significativamente por debajo del 2° trim. de 2019 con una disminución de 6,8 p.p. (35,6%).  

Se destaca del análisis en particular de distintos  colectivos poblacionales que:  

  • La tasa de desocupación de las mujeres es  significativamente mayor que para los varones (7,8% y 6,1%, respectivamente).  
  • En el caso de los jóvenes de 14 a 29 años, la  tasa de desocupación verificó la mayor disminución, tanto para mujeres como  para varones: en el primer caso, la tasa pasó de 22,4% a 13,1% (9,3 p.p.); y en el  segundo, pasó de 16,1% a 12,6% (3,5 p.p.). 

Pobreza e indigencia 

A partir del reciente informe Incidencia de la pobreza y la indigencia en 31 aglomerados urbanos”  surgen importantes elementos para el análisis de coyuntura socioeconómica. 

  • 2,7 millones de hogares (27,7%) y 10,6 millones de personas (36,5 %) se encuentran  en situación de pobreza (cuadro 2).  

» Hogares y personas que no llegan a cubrir con sus ingresos la canasta básica  total.

  • 660 mil de hogares (6,8%) y 2,8 millones de personas (8,8%) se encuentran en situación de pobreza (cuadro 2). 

» Hogares y personas que no llegan a cubrir con sus ingresos la canasta básica  total.  

Con respecto al segundo semestre de 2021, la incidencia de la pobreza registró una  reducción de 0,2 p.p. en los hogares y de 0,8 p.p. en las personas. En el caso de la indigencia, mostró un aumento de 0,7 p.p. en los hogares y de 0,6 p.p. en las personas. 

Entre otros aspectos, resulta sumamente preocupante, que al examinar a los grupos  de edad según condición de pobreza, se destaca que un poco más de la mitad (50,9%)  de las personas de 0 a 14 años son pobres.  

Inserción ocupacional y sector 

Del informe Mercado de trabajo. Tasas e indicadores socioeconómicos (EPH). Segundo trimestre de 2022” se desprenden también otra información por demás significativa.  

En este periodo, el análisis por categoría ocupacional (cuadro 3), muestra que el trabajo asalariado continúa su recuperación luego de la pandemia. Los asalariados mostraron un aumento relativo de casi 1 p.p. en el segundo trimestre de  2022 (73,5%) respecto a 2021 (72,6%). Aunque aún se encuentran por debajo de  los niveles del mismo periodo de 2019 (74,1%). 

  • En el caso del cuentapropismo se registró una disminución de 0,9 p.p. Pasó de  23,2% a 22,3%. Estos niveles se acercan a los guarismos del 21,8% de la medición  realizada en el 2° trim. de 2019.  
  • Es importante advertir que si bien se produjo un aumento del trabajo asalariado  también se registró un aumento de 6,3 p.p. en la proporción de personas que  cuentan sin descuento jubilatorio, pasó del 31,5% a 37,8%. Con lo cual, es posible  examinar que en la medida que se verificó una creación en los puestos de trabajo, de igual modo se intensificó el proceso de precarización laboral. Incluso los niveles de trabajo no registrado son mayores en relación al mismo trimestre del  2019, con una diferencia de 3,3 p.p.  

También se observa que entre la población ocupada (cuadro 4), el sector estatal  registró un descenso del 20,1% al 17,7 (2,5 p.p.) mientras el sector privado aumentó del  78,1% al 80,8% (2,7 p.p). En el caso del sector estatal, durante la pandemia se había registrado un incremento hasta alcanzar el 21,9% de la población ocupada en el 2° trim. de  2020. Los valores del 2° trim. de 2022 son levemente superiores a los del mismo período  de 2019; la diferencia es de 1,2 p.p.  

En el mismo sentido, al considerar otra fuente de información como la que proporciona el MTEySS, sobre la base del SIPA (AFIP)⁶ se observa que en la comparación  interanual, el total de trabajadoras y trabajadores con empleo asalariado se expandió un  3,5% (+336,8 mil trabajadores). Este incremento obedece, principalmente, a la expansión  del sector privado (+4,4%, 259,6 mil personas) y, en segundo orden, al crecimiento del  sector público 2,4% (79,4 mil empleos más). El trabajo en casas particulares presentó  una leve reducción durante el último año (-0,5%, 2,1 mil personas menos).  

Finalmente, el trabajo independiente en su conjunto se expandió un 11,0% (+270,4  mil trabajadores) en la comparación interanual. No obstante, la dinámica de crecimiento  fue heterogénea: el número de trabajadoras y trabajadores encuadrados en el mono tributo social mostró un crecimiento significativo (+39,9%), mientras que la cantidad de  aportantes al monotributo y al régimen de autónomos presentó un incremento moderado (+6,5% y +4,1%). 

El empleo por rama de actividad 

En relación al empleo, el mismo informe del MTEySS “Situación y evolución del Trabajo Registrado” publicado en el mes de septiembre de 2022, con datos de junio del  corriente año, da cuenta de lo ocurrido por rama de actividad. Al examinar en términos  interanuales, son 11 los sectores -de los 14 analizados- los que mostraron variaciones  positivas. Entre ellos, los de mejor desempeño fueron: hoteles y restaurantes (+23,3%),  construcción (+16,3%), explotación de minas y canteras (+5,1%), y comercio y reparaciones (+4,8%). En contraposición, intermediación financiera (-0,7%), servicios sociales y de  salud (-0,9%), y agricultura, ganadería, caza y silvicultura (-2,6%) presentaron una reducción en el número de empleados.  

El empleo asalariado registrado en el sector hoteles y restaurantes atravesaba por  una fase contractiva antes de la pandemia. Esta tendencia se profundizó con el inicio  de la emergencia sanitaria. No obstante, el sector  comenzó a mostrar tasas de variación positivas en marzo y abril de 2021, retrocedió en mayo y junio de ese año, y volvió a mostrar resultados positivos en los últimos 12 meses. Más allá de esta recuperación, el deterioro al inicio de la pandemia fue tan  profundo que su nivel de empleo actual se ubica 4,2% por debajo del vigente en febrero de 2020.

La construcción presenta 23 meses consecutivos con variaciones mensuales positivas. La variación del +1,3% correspondiente a junio 2022 llevó su nivel de empleo un 11,5% por encima del nivel previo al inicio de la pandemia. Sin embargo, todavía se encuentra un 7,8% debajo del  máximo alcanzado por el sector en marzo de 2018. 

La explotación de minas y canteras viene mostrando variaciones positivas desde  hace 19 meses. Sin embargo se trata de un sector que alcanzó su máximo empleo a  inicios de 2015 y a partir de ahí se ha encontrado fluctuando alrededor de una tendencia  decreciente. En junio de 2022 el empleo en este sector se encuentra un 3% por debajo  del valor máximo. Queda por verificar si la fase actual de recuperación logra sostenerse  y romper con la dinámica de los últimos años. 

La dinámica del sector comercio, dada su importancia como sector empleador, resulta fundamental para entender el comportamiento del conjunto del empleo asalariado formal. Este sector registra crecimiento desde enero de 2021, y el empleo supera el  nivel previo al comienzo de la pandemia (febrero 2020) en +3,6%. Sin embargo, aún se  encuentra un 2,1% por debajo del máximo alcanzado por el sector en diciembre de 2017. 

La industria manufacturera verificó un incremento de 0,6%, acumulando 25 meses  de crecimiento consecutivo del empleo, y alcanzando así un nivel de empleo formal  similar al de septiembre de 2018. Ya superó el nivel de empleo previo al inicio de la pandemia (+6,4%) pero aún se encuentra lejos del máximo alcanzado en octubre de 2013  (-8,8%). Durante el último mes el crecimiento fue generalizado al interior del sector, sin  embargo las ramas más dinámicas fueron textiles y confecciones (+1,1%) y automotores  (+1,0%).

El único sector que no logró crecer en el mes de junio es servicios sociales y de salud, el cual se mantuvo estable en comparación con el mes anterior. 

Desvinculaciones y suspensiones  

Al analizar lo ocurrido en relación a las modalidades legales de las desvinculaciones  de trabajadores de empresas del sector privado, en la última medición publicada de la  Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) se observa un incremento significativo de los  despidos sin causa al comparar el mes de julio de este año en relación con el mismo  mes del año anterior. Los despidos sin causa se duplicaron al pasar del 3,4% al 7,5% (cuadro 5). Este proceso parece darse junto al fin de la doble indemnización, que mediante  el decreto 886/21, había determinado una reducción gradual desde el mes de enero  hasta junio de este año.  

Si se establece, como referencia un contexto completamente diferente como el de  julio de 2019, se observa una merma sustancial de este indicador (8,7 p.p), al alcanzar en  ese momento el 16,2%.  

Junto con la reactivación de la actividad económica, se verifica una reducción sostenida del personal suspendido (cuadro 6), ubicándose actualmente en valores incluso  menores a los de la pre pandemia. En efecto, el porcentaje de empleo suspendido pasó del pico de 8,8% registrado en mayo de 2020, a 0,3% en julio de 2022 (valores similares  se observan desde enero de 2021).  

Por su parte, en julio de 2020 se había registrado un máximo de 19,4% de empresas  que aplicaron suspensiones, descendiendo a 4,9% en junio de 2022 

A modo de síntesis 

En un contexto de sostenida actividad económica y alta inflación puede observarse  a partir de los últimos indicadores disponibles: 

  • Un importante crecimiento en los niveles del empleo y un descenso de la des ocupación.  
  • Pese a la leve disminución de la subocupación se mantienen los niveles de los  distintos indicadores que constituyen de forma agregada la presión sobre el  mercado de trabajo.  
  • Se registra una pequeña reducción en la cantidad de hogares y personas en  situación de pobreza aunque la cantidad de hogares y personas en situación  de indigencia se incrementó.  
  • Una recuperación en el trabajo asalariado y una caída – en términos relativos- del cuentapropismo en cuanto a la inserción ocupacional.  
  • Un aumento de la precarización laboral entre los trabajadores en relación de  dependencia.  
  • Un crecimiento en la proporción del empleo privado con respecto al sector  público que tiende a equiparar los niveles previos a la pandemia.  
  • Las ramas de actividad que muestran una mayor variación positiva en términos interanuales en cuanto al trabajo registrado son hoteles y restaurantes y  construcción. En contraposición, servicios sociales y de salud, intermediación  financiera, y agricultura, ganadería, caza y silvicultura presentaron una reducción en el número de empleados.  
  • Un crecimiento en términos relativos de los despidos sin causas entre las modalidades legales de desvinculación de personal. 
  • Una reducción significativa del personal suspendido, incluso por debajo de los  valores previos a la pandemia. 

Lecturas recomendadas 

CIFRA (2022). La distribución del ingreso en la etapa actual.  

CEPAL (2022) Coyuntura laboral en la Argentina: empleo joven y transición a la  formalidad laboral 

CEPA (2022). Desempeño de las principales empresas argentinas (2015-2022):  análisis de las ventas, rentabilidad y costos laborales en los Estados Contables.

Galería de pictogramas de Gerd Arntz (1900-1988)

  1. Informe elaborado  por Federico Vocos  (OCT – CITRA / CONICET).  
  2. Informe de avance del nivel de actividad. Primer trimestre de  2022 https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/pib_09_2250938E28EA.pdf
  3. Índice de Precios al Consumidor (IPC). Cobertura nacional.  Junio de 2022 https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ipc_09_221BCA18CD32.pdf
  4. Mercado de trabajo. Tasas e indicadores socioeconómicos (EPH). Primer  trimestre de 2022 https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/mercado_trabajo_eph_2trim228FD416F03D.pdf
  5.  MTEySS. Boletín  de Estadísticas Laborales (BEL). Tasa  de desocupación  según características  socioeconómicas. https://www.trabajo.gob.ar/downloads/estadisticas/bel/107141.xlsx
  6. Situación y evolución del Trabajo Registrado. Septiembre

La Salud y Seguridad en el Trabajo son un Derecho Fundamental 

Pulso Laboral N°1 Octubre 2022 ISSN en trámite

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La Salud y Seguridad en el Trabajo son un Derecho Fundamental

Cobertura especial de RELATS en la 110.ª reunión de la Conferencia Internacional del  Trabajo para “Pulso Laboral” 

Claudio San Juan 1

“el término salud, en relación con el trabajo, abarca no solamente la ausencia de afecciones  o de enfermedad, sino también los elementos físicos y mentales que afectan a la salud  y están directamente relacionados con la seguridad e higiene en el trabajo” 

(Artículo 3 del Convenio 155 de la OIT) 

La Conferencia Internacional del Trabajo, con fecha 10 de junio de 2022, adoptó la Resolución  sobre la inclusión de un entorno de trabajo seguro y saludable en el marco de la OIT relativo a los principios y derechos fundamentales en el trabajo 2

La decisión de la Conferencia significa que la salud y seguridad en el trabajo (SST) pasa a ser el quinto derecho que se suma a los cuatro derechos adoptados en 1998 por la Organización  Internacional del Trabajo (OIT): 

  1. la libertad de asociación y la libertad sindical y el reconocimiento efectivo del derecho a  la negociación colectiva; 
  2. la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio; 
  3. la abolición efectiva del trabajo infantil; y 
  4. la eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación. 

Ello significa que todos los Estados miembros de la OIT se comprometen a respetar y  promover el derecho fundamental a un entorno de trabajo seguro y saludable, hayan ratificado  o no los Convenios correspondientes. 

En la práctica 

El derecho a un entorno de trabajo seguro y saludable, a partir de la resolución citada se rige  por dos normas internacionales del trabajo consideradas convenios fundamentales: 

• Convenio sobre seguridad y salud de los trabajadores, 1981 (núm. 155)  

• Convenio sobre el marco promocional para la seguridad y salud de los trabajadores, 2006  (núm. 187). 

Los compromisos y requerimientos de estos convenios se deben aplicar en dos niveles: a  nivel nacional y a nivel empresa. 

Los Estados miembros de la OIT deben cumplir los siguientes compromisos a nivel nacional,  previa consulta con las organizaciones de trabajadores y empleadores: 

  • formular, poner en práctica y reexaminar periódicamente una Política Nacional coherente  en materia de seguridad y salud de los trabajadores y medio ambiente de trabajo; 
  • adoptar, por vía legislativa o reglamentaria las medidas necesarias para dar efecto a la Política Nacional de SST. 
  • elaborar, aplicar, controlar y reexaminar periódicamente un Programa Nacional de SST; 
  • preparar y actualizar un Perfil Nacional de SST, como resumen de la situación existente  en la materia y de los progresos realizados, que sirva de base para reexaminar la política  y el programa nacional de SST. 

A nivel empresa se debe exigir a los empleadores, entre otras medidas: 

• garantizar que los lugares de trabajo, la maquinaria, el equipo y las operaciones, procesos, los agentes y las sustancias químicos, físicos y biológicos que estén bajo su  control no entrañan riesgos para la salud cuando se toman medidas de protección  adecuadas. 

• suministrar ropas y equipos de protección apropiados a fin de prevenir, en la medida  en que sea razonable y factible, los riesgos de accidentes o de efectos perjudiciales  para la salud. 

También deberán adoptarse disposiciones a nivel de empresa en virtud de las cuales, los  trabajadores y sus representantes: 

Collage: Federico Geller

• al llevar a cabo su trabajo, cooperen al cumplimiento de las obligaciones que incumben  al empleador en el ámbito de la SST; 

• reciban información adecuada acerca de las medidas tomadas por el empleador para  garantizar la SST y puedan consultar a sus organizaciones representativas acerca de  esta información, a condición de no divulgar secretos comerciales; 

• reciban una formación apropiada en el ámbito de la seguridad e higiene del trabajo; 

• estén habilitados para examinar todos los aspectos de SST, y sean consultados a este  respecto por el empleador; con tal objeto, y de común acuerdo, podrá recurrirse a  consejeros técnicos ajenos a la empresa; 

• informen de inmediato a su superior jerárquico directo acerca de cualquier situación de  trabajo que a su juicio entrañe, por motivos razonables, un peligro inminente y grave para  su vida o su salud; mientras el empleador no haya tomado medidas correctivas, si fuere  necesario, no podrá exigir de los trabajadores que reanuden una situación de trabajo en  donde exista con carácter continuo un peligro grave e inminente para su vida o su salud. 

• Cooperen con los empleadores, por ser un elemento esencial de las medidas en materia  de organización y de otro tipo que se adopten en aplicación de las disposiciones antes  citadas. 

• Las medidas de SST no impliquen ninguna carga financiera para los trabajadores. 

La situación en Argentina 

En la Argentina durante el año 2021 se registraron 314.356 accidentes de trabajo y  enfermedades profesionales con días con baja laboral. Este panorama estadístico, agravado  por 314 muertes en ocasión del trabajo 3

Cabe destacar que el promedio anual de trabajadores cubiertos por el Sistema de Riesgos  del Trabajo es de 9.586.056. 4 

Respecto de los compromisos con el cumplimiento de los convenios 155 y 187, el 21 de  noviembre de 2012, el Comité Consultivo Permanente de la Ley de Riesgos del Trabajo, entre  otros temas: 

• Aprobó la “Política Nacional de Salud y Seguridad de los Trabajadores y del Medio  Ambiente de Trabajo”, y 

• Ratificó la “Estrategia Argentina de Salud y Seguridad en el Trabajo 2011 – 2015”5

Lo importante de estos dos instrumentos suscriptos a partir del consenso tripartito entre los  representantes del sector gobierno, trabajador y empleador, tuvieron su continuidad en la “II  Estrategia Argentina de Salud y Seguridad en el Trabajo 2015 – 2019” 6 , luego del  cumplimiento de las metas, objetivos generales y específicos, conforme lo establecido en el  plan de acción de la primera estrategia. 

Lamentablemente, el gobierno entrante el 10 de diciembre de 2015 dejó sin efecto la II  Estrategia Argentina de SST. 

De igual manera resulta fundamental: 

• Dictar una nueva ley de “Higiene y Seguridad en el Trabajo”, con base en los principios y  derechos fundamentales en el trabajo. 

• Ejecutar una política pública y programa nacional en materia de Salud y Seguridad en el  Trabajo. 

• Aprobar el proyecto de Ley de “Comités Mixto de Seguridad, Salud, Medio Ambiente y  Prevención de Riesgos en el Trabajo”, enviado por el PEN mediante Mensaje Nº  91/2021 . 

A modo de cierre 

Es posible plantear que: 

  • La ratificación de los convenios 155 y 187 constituyó para Argentina un punto de partida para el cumplimiento de los principios y derechos fundamentales.
  • La Resolución sobre la inclusión de un entorno de trabajo seguro y saludable en el marco de la OIT, además de elevar la SST a derecho fundamental, establece una hoja de ruta para una política de Estado.
  • La hoja de ruta deberá contener las acciones para el cumplimiento de compromisos y requerimientos de los convenios fundamentales de SST se deben aplicar en dos planos: a nivel nacional y a nivel empresa.

Lecturas recomendadas 

 

1. Lic. en Higiene y Seguridad en el Trabajo. Mg. en Derecho del Trabajo y Relaciones Internacionales. Miembro de la “Red Euro-Latinoamericana de Análisis sobre Trabajo y Sindicalismo” (RELATS),  http://www.relats.org/ 

 2. https://ilo.org/wcmsp5/groups/public/—ed_norm/— relconf/documents/meetingdocument/wcms_848653.pdf 

3. https://www.srt.gob.ar/estadisticas/acc_ultimos_datos.php

4. (Un resumen de los derechos y obligaciones en https://www.argentina.gob.ar/srt/trabajadores/derechos-y-obligaciones 

5. http://publicaciones.srt.gob.ar/Publicaciones//2013/Folletos/PoliticaNacional.pdf

6. https://www.srt.gob.ar/wp-content/uploads/2018/09/IIESTRATEGIA_ARGENTINA_SST_2015- 2019.pdf 

7. Para un análisis de este proyecto ver https://redsstalc.blogspot.com/2022/04/participacion-de-las-trabajadoras-y-los.html

 

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Pulso Laboral n°1. Presentación

Pulso Laboral N°1 Octubre 2022 ISSN en trámite

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Presentación

Estimadas compañeras y compañeros, nos resulta muy grato presentarles este primer número de Pulso Laboral, publicación del Observatorio de Condiciones de Trabajo (OCT) que integra el Centro de Innovación de los trabajadores (CITRA – CONICET / UMET).

Con esta nueva publicación queremos poner a disposición, a partir de artículos breves, información que consideramos sumamente valiosa vinculada a las condiciones de trabajo. Nos proponemos reunir un conjunto de materiales que nos posibiliten acceder, conocer y abordar de forma crítica sus dimensiones y problemáticas.

Los artículos actúan como una aproximación, compartiendo lo elaborado por trabajadores/as, dirigentes/as sindicales, profesionales e investigadores/as de distintos centros tanto académicos como gubernamentales y de igual manera se proponen actuar como un disparador sobre las distintas temáticas.

Nos resulta clave también, articular iniciativas ya existentes, dando difusión a los sistemas de información disponibles, y fortalecer los vínculos de cooperación entre aquellas instituciones que investigan sobre los distintos aspectos relacionados a las condiciones de trabajo.

En Pulso Laboral están contemplados distintos apartados. En primer lugar, en cada número se examinarán los principales indicadores laborales que componen el mercado de trabajo, de forma tal que posibilite un análisis de la coyuntura laboral.

De igual modo, está previsto abordar el aspecto normativo. Tanto novedades vinculadas al plano internacional, como así también propuestas o proyectos que se estén debatiendo en nuestro país. En esta edición se presentan la Declaración por parte de la OIT de la salud y seguridad en el trabajo como derecho fundamental, la ratificación del Convenio 190 sobre Violencia Laboral y el proyecto Cuidar Argentina vinculado a las licencias en las tareas de cuidados.

Cada número también presentará un panorama de un sector en particular, como a su vez se pondrá especial énfasis en las experiencias desarrolladas por los sindicatos en materia de salud y seguridad en el trabajo. En este primer número, se aborda la especificidad del sector audiovisual en la pos pandemia y se expone la construcción sindical que viene desarrollando el Espacio Intersindical Participación, Salud y Trabajo. A su vez se presenta el programa de formación sindical organizado desde la Diplomatura en Condiciones y Medio de Trabajo (CyMAT) creado por ATE Capital.

Asimismo, presentamos una nueva herramienta que ponemos a disposición desde el OCT: el Repositorio Digital Sindical sobre Condiciones de Trabajo. A partir de la creación del sitio https://repositorio.citra.org.ar/ buscamos preservar, organizar, dar visibilidad y difundir, la importante producción realizada por distintas organizaciones sindicales de Argentina sobre esta temática.

Cada edición incluirá un breve artículo en el que haremos referencia a un aspecto teórico, como así también de una destacada experiencia internacional. En este caso se realiza una primera aproximación a Pensar la relación salud – trabajo, y entrevistamos a la fundadora de la Colectiva de Mujeres Hondureñas (CODEMUH).

En esta edición agregamos, además, una brevísima historia de la formación profesional en Argentina, y también rendimos homenaje a Victorio Paulón, gran dirigente del movimiento obrero, que nos dejó hace poco tiempo.

Por último, queremos agradecer especialmente a los autores y autoras de los artículos por haberse sumado a esta iniciativa: Claudio San Juan, María Noel Bulloni, Lilian Capone, Lali Feldman, Gladys Zena, Juliana Boli de Lebrón, María Luisa Regalado y Armando Belmes. A todos ellos, nuestro agradecimiento.

Esperamos con este material generar una herramienta para todas y todos aquellos que se interesan por el mundo del trabajo. Los invitamos a difundirlo y participar.

Juan E. Bonnin y Federico Vocos

Pulso Laboral N°1

Pulso Laboral N°1

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Octubre de 2022 – Publicación del Observatorio de Condiciones de Trabajo – ISSN 2953-4747

Pulso Laboral es una publicación periódica de información sobre condiciones de trabajo. Se reúnen un conjunto de materiales que posibilitan acceder y abordar de forma crítica sus dimensiones y problemáticas como a su vez conocer las distintas experiencias desarrolladas por las organizaciones sindicales en materia de salud laboral.

Apuntes de Economía Popular N°3

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N°3. La economía popular, sus números y dinámica entre 3t-20 y 3t-21. Análisis de la población en función del género.

Autores: Lucio Fernández Mouján, Ernesto Mate y Santiago Sorroche

portada Apuntes de la Economía popular N°3Apuntes de Economía Popular es una colección que realizamos desde el Centro de Innovación de los Trabajadores (CITRA), a través del Programa de Economía Popular y Tecnologías Sociales (PEPTIS), el Programa Antropología en Colabor y el Observatorio de Protesta Social (OPS). Con el objetivo de seguir periódicamente la composición y trayectoria de la población de la Economía Popular, estos informes se basan en la propuesta de medición que elaboramos en agosto de 2021.
Como mencionamos en el primer número, utilizamos las bases de microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Esta medición nos permitió dar cuenta de la magnitud que en el último trimestre del 2020 alcanzó el heterogéneo universo de las y los trabajadores y trabajadoras de la Economía Popular (Fernández Álvarez, Natalucci, Di Giovambattista, Fernández Mouján, Mate y Sorroche, 2021). En dicho documento, el lector podrá encontrar un detalle pormenorizado de la metodología para la construcción de los datos.
En un segundo informe, a partir de una serie de intercambios realizados con investigadores e investigadoras de la temática y representantes de diversas organizaciones sociales, incorporamos reformulaciones a la propuesta inicial, que incluimos en la actualización de los datos de nuestra medición para el primer y segundo trimestre del año 2021, y establecimos la evolución de la población de la Economía Popular entre el cuarto trimestre de 2020 y el segundo trimestre de 2021 (Natalucci, Fernández Álvarez, Di Giovambattista, Fernández Moujan, Mate y Sorroche, 2021).
En este tercer informe presentamos los datos1 actualizados correspondientes al tercer trimestre del 2021 de acuerdo a la forma de estimación que hemos desarrollado e incorporando un análisis de la población en función del género.2 Esta decisión pretende abonar a las problematizaciones y debates en torno al alto grado de feminización de este universo. En este sentido, se destaca el relevamiento realizado por el Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (ReNaTEP), en donde, para abril de este año, se establece que el 57,8% (1.864.804) de las personas que se inscribieron se identifican como mujeres. Esta cuestión no escapa a la realidad latinoamericana, donde la OIT (2020) señala que de los 130 millones de trabajadores informales -categoría que el organismo utiliza para la población que no accede a los derechos vinculados al trabajo registrado- en el continente el 53% son mujeres. En este marco, el aporte que pretendemos hacer desde este informe es el de intentar dimensionar cuantitativamente la feminización del universo de las y los trabajadores y trabajadoras de la Economía Popular en relación a las sub-poblaciones construidas.
Por último, tal como señalamos en los informes anteriores, el objetivo principal es el de ofrecer un insumo relevante que contribuya a la elaboración de políticas públicas para una población que adquiere creciente centralidad en el contexto actual principalmente en relación al peso de la Economía Popular al interior de la clase trabajadora; según datos del propio ReNaTEP, en nueve provincias hay más trabajadoras y trabajadores de la Economía Popular que trabajadoras y trabajadores asalariados registrados.3 En este sentido, esta realidad conlleva a repensar las dinámicas actuales del mercado de trabajo y al peso de la Economía Popular en el mismo.

1. La elaboración de los indicadores estadísticos estuvo a cargo de la Lic. Ana Paula Di Giovambattista.

2. Reproducimos la distinción entre las categorías “varones” y “mujeres” ya que es la que se establece desde la propia EPH y, por lo tanto, es la que somos capaces de medir y distinguir. No obstante, utilizamos el término “género” por sobre “sexo” acorde a las problematizaciones actuales. Por otra parte, sostenemos el uso del masculino para las categorías de las subpoblaciones construidas tal como son denominadas en la Encuesta.

3. Catamarca, Chaco, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, Salta, Santiago del Estero y Tucumán.

Apuntes de Economía Popular. Publicación del Programa de Estudios e Investigaciones de Economía Popular y Tecnologías de Impacto Social (PEPTIS) del CITRA (CONICET-UMET). ISSN 2796- 7662 Sarmiento 2058 CP (1044), CABA, Argentina [email protected]

Índice de Fragilidad Social (IFS) 2° trimestre de 2021

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INDICE DE FRAGILIDAD SOCIAL (IFS)
2° trimestre de 2021

Las personas en situación de fragilidad social son aquellas que tienen altas probabilidades de caer en la pobreza en contextos socioeconómicos críticos. No son pobres, pero tampoco están integradas socialmente en forma plena. Mientras el concepto de pobreza hace referencia a una situación de privación efectiva y actual, la fragilidad alude al riesgo de empobrecimiento en el futuro. Hay frágiles por ingresos y frágiles estructurales, que no sólo posee bajos ingresos sino que, además, detenta ciertas características sociodemográficas y laborales altamente asociadas con la pobreza que incrementan sensiblemente sus chances de pasar a engrosar la población pobre en contextos económicos desfavorables.
Este trabajo analiza la incidencia y la evolución de la integración social y, particularmente, de la fragilidad social durante el período 2016-2021, a nivel nacional. El segundo trimestre de 2018 marca el inicio de un período de profundización de la fragilidad socioeconómica, y consecuentemente, del crecimiento de la Población No Integrada Socialmente (PNIS) en términos sociales. Dichos fenómenos responden a la crisis económica que se hace explícita a partir de la dinámica insostenible del sector externo, y a partir de la cual se produjeron tensiones en el mercado cambiario que finalmente derivaron en el primero de los episodios devaluatorios que marcaron el 2019.
En particular, entre el segundo semestre de 2018 y el segundo de 2019, la PNIS creció un 9,5 pp alcanzando al 58,6% de la población -valor máximo desde el inicio de la serie a ese momento-.Por tanto el impacto de la COVID-19 debe analizarse en el contexto de una situación socioeconómica caracterizada por el aumento de la Población No Integrada Socialmente durante un año y medio antes. Asimismo, la crisis sanitaria muestra su impacto fundamentalmente durante el segundo trimestre de 2020, cuando las disposiciones del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) implicaron restricciones a la circulación bien estrictas. En ese período, 2t-2020, la PNIS asume en el valor más elevado de la serie, alcanzando el 66,4%: más de 6 de cada 10 residentes no se encontraban integrados en términos sociales con plenitud; y se ubicó 7,8 puntos porcentuales por encima del valor del 2t-2019.
Durante el tercer trimestre del 2020 y como consecuencia del relativo relajamiento de las restricciones a la circulación y la posibilidad de percibir ingresos de parte de la población que ante el confinamiento había estado privada de trabajar, la PNIS decreció al 59,4% aunque para el último trimestre del 2020, en el contexto de una aceleración de la dinámica inflacionaria que conllevó al deterioro de la capacidad de compra de los ingresos, volvió a ubicarse por encima del 66% (66,2%). Así, el inicio del año 2021 estuvo signado por una situación socioeconómica en la que nuevamente más de 6 de cada 10 personas eran indigentes, pobres o frágiles. Puntualmente, y respecto del último trimestre del 2019, crecieron las tasas de pobreza e indigencia en 1,9 y 5 pp, respectivamente, y creció también la tasa de fragilidad agregada en 1,3 pp -resultado de un aumento de la población frágil estructural de 2,2 pp y una leve reducción de la frágil por ingresos, en 0,9 pp-.
Para el segundo trimestre del 2021, que abarca una nueva y temporaria fase de restricciones a la circulación durante el mes de mayo, la Población No Integrada Socialmente alcanzó el valor del 63,7%. Es decir, 6 de cada 10 personas se encontraron en situación de no integración social de forma plena; 3 de esos 6 fueron pobres, 1 fue indigente y los 2 restantes resultaron frágiles. La tasa de fragilidad social ascendió al 22,2% de la población: la tasa de fragilidad por ingresos fue del 8,6% – 0,5 pp por encima del valor del 2t-2020- al tiempo que la tasa de fragilidad estructural alcanzó el 13,6% – 2,2 puntos superior al mismo trimestre del año anterior-.
Además, de la etapa que inicia con la recesión iniciada en abril de 2018 y hasta el último semestre móvil -que incluye primer y segundo trimestre del 2021- se desprende una relativa estabilidad en la proporción de la población que constituye el grupo de frágiles totales. Por tanto, el crecimiento de la Población No Integrada Socialmente que se verifica en ese período se explica por el crecimiento de la indigencia y la pobreza.
A ello debe adicionarse el hecho de que, al interior de la población frágil, la subpoblación de frágiles por ingresos presenta lógicamente mayor volatilidad que la población frágil estructural -cuyos valores mínimo y máximo de la serie son muy cercanos, del 12% y del 14,6% respectivamente-. De ambas regularidades señaladas, se desprende, entonces la potencialidad de las políticas de ingresos para favorecer una mayor integración social.

Impulsada por alimentos, la inflación alcanzó un 4,3% en febrero.

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Impulsada por alimentos, la inflación alcanzó un 4,3% en febrero.

En febrero, la inflación de las y los trabajadores se ubicó en 4,3%, lo que representa una aceleración de 0,1 puntos porcentuales respecto al 4,2% registrado en enero. De este modo, en los dos primeros meses del año, la inflación alcanzó un 8,7%. En tanto, en los últimos doce meses fue del 51,5%.
La inflación de febrero estuvo motorizada por los Alimentos y Bebidas, que subieron 6,5% luego de haberlo hecho en 5,8% en enero. Hubo una particular disparada de las verduras (+25,2%), la cual se registró en una diversidad de productos, tales como cebolla, zanahoria,
papa o tomate, entre otros. Las frutas subieron 8,6%, destacándose la naranja y la banana.
El pan y los cereales treparon 8,5%, traccionado por el pan francés (+12,5%). Vale tener en cuenta que estos valores casi no recogen las presiones inflacionarias derivadas del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que dispararon el precio internacional del trigo a partir de finales de febrero. El pescado (+7,8%), las bebidas alcohólicas (+7,7%) y los aceites y grasas (+6,6%) también tuvieron un febrero particularmente inflacionario. Solo las carnes (+1,7%) permitieron amortiguar las fuertes subas registradas en el mes.
La segunda división con mayores alzas fue Equipamiento y mantenimiento del hogar, con un 4,3%, con alzas destacadas en productos de higiene y limpieza. Le siguen en orden Salud, que trepó un 4% adicional, Otros bienes y servicios (+3,9%), Comunicaciones (+3,9%), Transporte (+3,5%, hubo suba de naftas) y Recreación y cultura (+3,1%). Solo Vivienda (+2,6%), Educación (1,6%) e Indumentaria y calzado (+1,1%) registraron alzas por debajo del 3%.
En la segunda mitad del informe se detalla la situación de la actividad, el empleo y los salarios reales. La última parte de 2021 terminó con inflación elevada, pero también con un claro repunte económico y, más moderadamente, en el empleo y los salarios. A fines de
2021, la actividad económica alcanzó el mayor nivel desde marzo de 2018, apuntalada por la industria -en primer lugar-, pero también por la recuperación de la construcción, los hidrocarburos en Vaca Muerta, el comercio y algunos servicios como por ejemplo los informáticos. En el empleo formal privado, diciembre fue el mes en el que se retornó a la cantidad de puestos de trabajo formales asalariados privados previos a la pandemia. En tanto, el salario real a fines de 2021 se ubicó levemente por encima de los guarismos de fines de 2019.
No obstante, vistas en una perspectiva de más largo plazo, estas mejoras son muy débiles dentro de una tendencia de deterioro. El empleo formal privado ajustado por crecimiento poblacional está actualmente en el menor valor desde 2009 (solo por encima de 2020). En tanto, el salario real privado está 14,7% por debajo de 2013 y el público 20,4% por detrás del mismo año.