La inflación de las y los trabajadores fue del 3,9% en marzo de 2021

La inflación de las y los trabajadores fue del 3,9% en marzo de 2021

La inflación de las y los trabajadores fue del 3,9% en marzo, acelerándose levemente respecto al 3,7% de febrero. De este modo, en el primer trimestre, la inflación acumulada fue del 12%, en tanto que en los últimos doce meses fue del 41,8%. Si en los próximos meses la inflación se desacelerara al 3% mensual, 2021 cerraría con un alza de precios del 46,1%. Para que la inflación de 2021 cierre por debajo del 40%, es necesario que los precios aumenten no más del 2,5% mensual en los 9 meses que siguen. El capítulo que más subió en marzo fue “Enseñanza” (13%), debido al inicio del año escolar (en febrero había subido previamente un 5%). En segundo lugar, “Otros bienes y servicios” trepó un 5%, impulsado en buena medida por el alza del 9% en cigarrillos. En tercer orden, “Equipamiento y mantenimiento del hogar” se encareció 4,8%; rubro que viene experimentando las mayores subas en los últimos meses, debido particularmente a lo que ocurre con muebles y electrodomésticos. En marzo, incidieron en este capítulo alzas del 9,2% en servicio doméstico, del 5,2% en jabón en polvo y lavandina, y del 8% en frazadas. “Alimentos y bebidas”, el capítulo de mayor incidencia en la canasta de las y los trabajadores, volvió a subir por encima del promedio: 4,8%. La nota la dieron las verduras (7,2%, principalmente por el tomate) y la carne (5,9%), con aumentos superiores al resto de los alimentos. Por debajo del nivel general encontramos a “Esparcimiento”, con un 3,8%. En este caso, repercutió la suba de los cines (las reaperturas vinieron con aumentos del 20% promedio), en la TV por cable (4,5%) y de los paquetes turísticos para viajar al exterior (14,8%). “Indumentaria y calzado”, por su parte, anotó una suba del 3,2%, impulsada por calzado deportivo (7,4%), joggings (7,7%) y remeras para hombres (4,4%). En capítulo “Salud” aumentó un 2,5%, aún cuando no hubo subas en prepagas (que sí presionarán sobre el índice en abril y mayo). Las alzas respondieron a subas en medicamentos. Luego, “Transporte y comunicaciones” se encareció 2,2%; las tarifas del transporte público continúan congeladas, de modo que los aumentos se concentraron en los vehículos de transporte personal, como autos cero kilómetro (3,8%), motos (3,3%) y nafta (4,5%), y también en pasajes aéreos (37%). Por último, “Vivienda” volvió a ser el capítulo de menores subas (0,9%). Con tarifas de electricidad, gas y agua congeladas, las alzas se debieron mayormente a materiales de construcción y albañilería.
En el plano de la actividad económica, la situación luce incierta respecto al impacto de la segunda ola de COVID-19. En los últimos meses, la actividad productiva mostró signos de recuperación, que ahora se ven comprometidos por la virulencia del rebrote de contagios. Dentro de esos signos resaltan la producción industrial (que creció 2,9% interanual en el primer bimestre del año, prepandemia) y la construcción (que creció 23%). El resto de las actividades (muchas de las cuales estuvieron muy afectadas en 2020) exhibieron mejoras en el verano que acaba de concluir. Por ello, en enero, el conjunto de la economía se expandió 1,9% mensual, y se ubicó 1,3% por debajo de febrero de 2020, lo que representa la menor caída desde el inicio de la pandemia. Esa mejora en la actividad económica se plasmó a su vez en el empleo asalariado formal privado, que de acuerdo al Ministerio de Trabajo creció con fuerza en enero (0,3% mensual, la mayor variación desde 2015). Aunque a priori es poco probable volver al escenario de abril de 2020 -de cierre total y prolongado por más de un mes- dado que existen aprendizajes en las empresas y en los trabajadores y trabajadores, y también debido a que la campaña de vacunación tomó mayor ritmo en las últimas semanas, está claro que la segunda ola vino a jaquear este escenario de recuperación. La pregunta, todavía muy incierta, es en qué medida lo hará, qué nuevas restricciones se implementarán para contener la ola de contagios, y por cuánto tiempo durarán tales restricciones en caso de ser implementadas. También, cuál será el poder de fuego (en términos económicos) que tendrá el Estado para mitigar el daño de la pandemia, habida cuenta de que la situación -tanto a nivel de las empresas, como de los hogares y del propio Estado- es más frágil que la de hace un año atrás.

En febrero de 2021 la inflación fue del 3,7%

La inflación fue del 3,7% en febrero de 2021

La inflación de las y los trabajadores fue del 3,7% en febrero, desacelerándose ligeramente después del 4,3% de diciembre y el 4,0% de enero. De este modo, en el primer bimestre la inflación acumulada fue del 7,8%, en tanto que en los últimos doce meses fue del 40,9%. La inflación interanual volvió a superar el 40% después de cinco meses en el rango entre 35-40%. Prácticamente la mitad de la inflación de febrero se explicó por lo ocurrido en Alimentos y Bebidas, que se encareció 4,6%. Las frutas y las verduras volvieron a ser determinantes en este comportamiento, con subas respectivas del 7,3% y 9,4%. Otro capítulo que registró alzas importantes en febrero fue Enseñanza (5,0%), coincidente con el reinicio del ciclo lectivo. Es de esperar que en marzo se produzcan nuevos aumentos en este rubro, ya que suele ser en el tercer mes del año donde más se concentra la actualización de cuotas de colegios y universidades. Equipamiento y Mantenimiento del Hogar fue otro de los rubros con alzas destacadas en febrero, con un 4,6%. Incidieron aquí alzas promedio del 7% en servicio doméstico, pero también del 4% en muebles y del 4,2% promedio en productos de limpieza, tales como detergentes, escobas y esponjas. Otro capítulo que subió por encima del nivel general fue Otros Bienes y Servicios subió 4,2%. Aquí incidieron particularmente subas en pañales (14%), peluquerías (9%) y desodorantes (7%). Por debajo del nivel general encontramos a Indumentaria y Calzado, que subió 3,6% y Salud, que lo hizo en 3,4%, en buena medida por lo ocurrido con medicamentos (3,7%) y consultas odontológicas (18%). Por último, Esparcimiento, Transporte y Comunicaciones y Vivienda fueron los capítulos con alzas más moderadas (todas por debajo del 2%). Esparcimiento se encareció 1,9% en febrero, debido a que el fin de la temporada alta (que implicó que los paquetes turísticos bajaran de precio) amortiguó las subas del 7% en alimentos para mascotas y del 20% en gimnasios. En el caso de Transporte y Comunicaciones, la suba promedio fue también del 1,9%; incidieron aquí alzas del 6,2% en autos cero kilómetro y del 5,2% en combustibles. En tanto, Vivienda trepó 1,3%, y se explica por el congelamiento tarifario aún vigente, que permitió atenuar aumentos en rubros como alquileres (2,2%) y materiales de construcción (4,5%).
De cara a los próximos meses, la dinámica de la inflación se asociará estrechamente a la dinámica del precio del dólar (que en las últimas semanas empezó a morigerar el ritmo de devaluación diario), los precios internacionales de los commodities, las tarifas de servicios públicos (congeladas desde hace ya más de un año) y las expectativas (que procuran ser coordinadas por medio del Consejo Económico y Social). Si la inflación del resto de 2021 fuera del 3,5% mensual (equivalente a la del último semestre), la inflación acumulada en 2021 alcanzaría el 52,1%. Si la inflación mensual pasara a ser del 3% en los próximos meses, la inflación acumulada sería del 44,9%. Para que baje del 40% interanual, la inflación de los próximos meses debería ser inferior al 2,6% mensual. En tanto, para que sea inferior al 30%, la inflación mensual de aquí en más debería menor al 1,9%. En el terreno de la actividad económica el año comenzó con algunos signos de recuperación destacables. La producción industrial creció 4,4% interanual en enero y se ubicó en el mayor nivel desde mediados de 2018, lo que, en otros términos, implica que no solo recuperó lo perdido por la pandemia sino que incluso está operando por encima de los niveles de 2019. La construcción también tuvo un arranque positivo del año, con alzas del 23,3% en términos interanuales, y ubicándose por encima de los niveles prepandemia. Estas mejoras empiezan levemente a dar sus frutos en el plano del empleo formal en ambas ramas de actividad. No obstante, los reducidos (aunque gradualmente crecientes) niveles de actividad que presentan ramas como el turismo, cines, teatros, transporte y otras actividades de esparcimiento están impidiendo que la recuperación del empleo formal privado se consolide. Estas ramas continúan siendo expulsoras netas de empleo y, hasta ahora, han neutralizado las mejoras registradas en la industria y la construcción. Sin embargo, como dato positivo, sobresale la caída sostenida en la tasa de suspensiones (que había tocado un récord histórico en abril-mayo pasado) y la suba de las relaciones laborales activas. La generación neta de empleo solo podrá ser vigorosa una vez que la tasa de suspensiones haya retornado a un nivel normal, ya que resulta improbable que empresas que estén aplicando suspensiones creen nuevos puestos de trabajo.