La inflación volvió a acelerarse en el primer mes de 2022: 4,2%
En enero, la inflación de las y los trabajadores se ubicó en 4,2%, lo que representa una aceleración de 0,3 puntos porcentuales respecto al 3,9% registrado en diciembre. De este modo, en los últimos doce meses, la inflación acumuló un 51,2%.
La inflación de enero estuvo particularmente influenciada por Alimentos y bebidas, que subieron 5,8% en el mes, acumulando así un 59,8% en los últimos 12 meses. Dado el gran peso que tienen los alimentos en la canasta de las y los trabajadores, la suba de precios de este rubro explicó el 46% de la inflación total registrada en el mes.
La gran mayoría de los rubros alimenticios subió por encima del 4% mensual, con la excepción de carnes (2,5%), aceites y grasas (1,6%) y bebidas no alcohólicas (3,3%). Las mayores alzas se produjeron en verduras (27,5%), lo cual se debe principalmente al tomate (76% el redondo), la lechuga (+32,6%) y la cebolla (+14,5%). Las bebidas alcohólicas subieron 8,2% (acumulando un 83,5% interanual), con la cerveza trepando 8,7% y el vino fino 8,1%. El vino ha registrado una muy intensa suba en el último año, con un rango que va del 127% en el vino fino al 148% al vino de mesa.
Además de los alimentos, destacan las subas del 5,1% en Educación, impulsada por los útiles escolares que subieron 14,5%. Recreación y cultura subió 4,4%, debido a la temporada alta turística, que incidió sobre precios de pasajes y hoteles.
Por debajo del nivel general, encontramos en primer lugar a Comunicaciones (3,7%), Salud (3,6%), Indumentaria y calzado (3,5%), Transporte (3,5%) y Otros bienes y servicios (3,5%). Solo Equipamiento y mantenimiento del hogar (2,8%) y Vivienda (2,1%) registraron alzas por debajo del 3%.
Así como los datos inflacionarios de los últimos meses son preocupantes, los de reactivación económica se muestran mucho más auspiciosos de lo previsto. 2021 finalizó con el mayor nivel de actividad económica desde 2017, en parte gracias a que las exportaciones -que alcanzaron el mayor nivel desde 2012- permitieron dar más aire al BCRA para acumular reservas en la primera mitad del año y, de este modo, habilitar las importaciones de insumos y maquinarias necesarias para una economía en crecimiento.
La industria, que había tenido un muy negativo desempeño en el período 2015-2019, mostró una sólida recuperación: diciembre pasado fue el mejor diciembre desde 2015, y con una producción industrial 15,9% superior a la de 2019. Tomando el conjunto del año 2021, la producción industrial terminó 7,1% por encima de la de 2019 e incluso 0,3% por arriba de la de 2018. Más allá de esta fuerte reactivación, aparecen interrogantes respecto a la continuidad de dicha mejora para 2022, toda vez que las reservas del BCRA (fundamentales para que la recuperación económica prosiga) están enflaquecidas. Será clave, en ese sentido, lo que ocurra con la cosecha agropecuaria (principal fuente de divisas del país) y con cómo se desenvuelva el acuerdo con el FMI.
En el plano del empleo, desde fines de 2020 se aprecia una recuperación sostenida del empleo asalariado formal privado, aunque a noviembre de 2021 todavía faltaban recuperarse 18.000 puestos de trabajo comparado contra febrero de 2020. Una mirada más profunda (tomando no solo el empleo formal sino también el informal y el cuentapropista) permite ver que en el tercer trimestre de 2021 se había recuperado el PBI de 2019, pero no todavía el empleo. La razón es que las ramas de menor productividad relativa (esto es, que contribuyen más al empleo que al PBI), estuvieron entre las más afectadas por la pandemia, como servicio doméstico y turismo y gastronomía. En contraste, las actividades de mayor productividad relativa (como industria, petróleo o minería, entre otros), y que contribuyen más al PBI que al empleo, tuvieron una reactivación muy clara.