Colectivo Historia Obrera
Presentación
Historia Obrera nació en el 2020 como una apuesta transdisciplinaria para la divulgación histórica, la producción de conocimiento sobre los mundos del trabajo y la formación sindical, todo ello, en vínculo con los ámbitos gremiales. El colectivo reúne a investigadorxs, músicxs, cineastas, realizadorxs audiovisuales, ilustradorxs, diseñadorxs web, gestorxs culturales, docentes de escuela media, escritorxs y sindicalistas, con un objetivo compartido: producir narrativas para públicos no necesariamente especializados en el estudio de la historia, apelando a dispositivos y soportes que permitan combinar los aportes de la investigación histórica con otras disciplinas artísticas y técnicas. Aprovecha así, los nuevos recursos pedagógicos, tecnológicos, estéticos y comunicativos disponibles en el siglo XXI.
En estos cuatro años de vida, desde Historia Obrera exploramos diversas expresiones y formatos culturales. Si bien la palabra escrita conserva un lugar destacado en nuestras intervenciones a través de libros, textos breves y efemérides, recurrimos también a la música, la fotografía, las ilustraciones, el cine, los documentales, la radio, los podcasts, las muestras de arte interactivas y la impresión de remeras con contenidos y referencias históricas.
Gran parte de esta producción circula por las redes, en Facebook, X e Instagram, y se encuentra disponible en nuestro sitio web (www.historiaobrera.com.ar). No obstante, gran parte de nuestros esfuerzos los dedicamos a la organización de charlas, encuentros y talleres de formación sindical, algunos de carácter regular. Desde el año 2021, por ejemplo, realizamos cada 8 de marzo, con motivo del Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, el encuentro “Mitin por un Feminismo Proletario” junto a sindicalistas, investigadoras y artistas. De igual modo, todos los años durante el mes de julio, conmemoramos “La Noche de las Corbatas” junto a varias organizaciones de Abogados y Abogadas Laboralistas de Mar del Plata, CABA y América Latina,, cruzando la historia, la memoria y el presente, y articulando la lucha por los derechos laborales con el recordatorio sobre el secuestro y desaparición de abogados laboralistas, y algunos de sus familiares, en Mar del Plata en 1977.
Muchas de estas actividades surgieron de la demanda de los sindicatos que acompañan y auspician las producciones de Historia Obrera. Este vínculo es clave para nuestro colectivo. Es el que nos abrió la posibilidad concreta de que el conocimiento histórico rebase las aulas universitarias y los círculos de especialistas, mediante un ejercicio de democratización que pone nuestras intervenciones a debate y coproducción en el propio seno de la clase trabajadora de la que formamos parte, en tanto docentxs e investigadorxs. En esta búsqueda compartida de otros formatos, otras escrituras, otros soportes, otros problemas, otras lógicas de producción de conocimiento sobre el pasado y el presente de la clase obrera, lxs historiadorxs profesionales jugamos un rol importante pero no exclusivo: la producción de conocimiento histórico es un proceso colectivo y contradictorio, nunca independiente del contexto social, de los proyectos políticos y sindicales en pugna, y de las ideologías en disputa. En este sentido, Historia Obrera pretende participar de este proceso de manera activa y consciente.
¿Divulgación histórica para qué?
Nuestro interés por la formación sindical e intelectual de lxs trabajadorxs comprende, además, la disputa de ciertos sentidos negativos instalados en el debate público por las clases dominantes sobre el movimiento obrero, el sindicalismo y lxs trabajadorxs. Nos preocupa alentar este debate en circuitos informativos, ideológicos y culturales que excedan los ámbitos sindicales y universitarios. A nuestro juicio, intervenir en ese proceso de creación de sentidos es parte de una batalla ideológica fundamental para el futuro de la clase trabajadora.
Estamos convencidos de que es sustancial que las organizaciones del movimiento obrero asuman la lucha contra las desigualdades producidas por la explotación y las opresiones de clase, de género, étnicas, nacionales, entre otras. Pero entendemos que esta potencialidad no es automática. Requiere de la crítica colectiva y pública de las situaciones concretas de explotación y opresión para construir una sensibilidad que haga de la clase obrera un sujeto social con un sentido histórico y político transformador.
El siglo XXI trajo consigo cambios productivos y geopolíticos globales que han agudizado tendencias vigentes desde hace décadas: el aumento de la brecha entre ricos y pobres, la creciente feminización y precarización de la fuerza laboral, el surgimiento de formas de trabajo novedosas que combinan las tecnologías de punta y la sobre-explotación, el debilitamiento de las organizaciones obreras. La pandemia de COVID 19 profundizó estas tendencias. Por ello, aunque las razones para mantener los antiguos horizontes reivindicativos y emancipatorios siguen más vigentes que nunca, no podemos contentarnos solamente con repetir viejas fórmulas. Si queremos contribuir a la producción de subjetividades críticas, es necesario tomar en cuenta no solo los nuevos escenarios económicos, sociales y políticos sino también los enormes cambios producidos en la cotidianidad obrera. Es preciso, por lo tanto, focalizar la atención sobre la cuestión, analizar críticamente la situación e ir ensayando distintas posibilidades. En estas preocupaciones, y en estos quehaceres, es que se inscribe nuestra práctica.
El género de la historia obrera
En las tareas que impulsamos, el género es una de las dimensiones críticas para potenciar subjetividades emancipatorias. Desde esta perspectiva general, nuestro colectivo, a su vez, desarrolla una sección específica, “Mitin de Historia Obrera”, destinada a contar el pasado obrero desbordando el relato tradicional protagonizado por el varón trabajador blanco, inmigrante europeo y urbano. En las historias que la componen, cobran protagonismo mujeres, niñas y niños que, para ganarse la vida, transitaron por espacios y actividades en las que antes no se lxs veía, como en las fábricas, los comercios, el servicio doméstico, la venta callejera o el mercado del sexo. Y también, por supuesto, en la organización y en la protesta obrera, con demandas propias e iniciativas colectivas desafiantes de las jerarquías de clase y de género del sistema capitalista patriarcal.
Un cambio profundo requiere del conocimiento del pasado, pero además, precisa crear ámbitos donde compartir y articular nuestras experiencias como trabajadorxs, y ensayar iniciativas intelectuales, políticas y sindicales transformadoras. Es por ello que alentamos espacios de intercambio y reflexión entre académicas, artistas y activistas sindicales estimulando la elaboración de proyectos de investigación conjunta y la realización de encuentros de debate y formación. Entre ellos, podemos destacar los talleres llevados adelante en noviembre de 2022 en Mar del Plata, y en septiembre de 2023 en CABA y Córdoba.
En estas instancias, junto a sindicalistas representativas de trabajadorxs de servicios, salud, transporte, comercio e industriales, pusimos en común nuestras situaciones elaborando un diagnóstico sobre nuestros principales obstáculos, pero también ponderando los avances logrados para revertir las desigualdades de género en el mundo laboral y sindical. Surgieron allí temas clave en torno a las condiciones de trabajo y de vida, así como respecto al creciente y necesario protagonismo de las mujeres sindicalistas en las instancias de negociación paritaria. En este plano, sus voces son fundamentales para incluir las tareas de cuidado en los convenios colectivos por sector, una instancia sustancial para concretar reivindicaciones laborales, producto de la experiencia histórica y la lucha de las organizaciones feministas populares. La divulgación que promovemos persigue entonces, un horizonte político, cultural y organizativo preciso: reconocer la centralidad de las mujeres, la niñez y las disidencias sexuales en las demandas y las luchas obreras por derechos.
Palabras finales
En suma, Historia Obrera no es un ejercicio de traducción de contenidos profesionales y académicos para el gran público. Simplemente, porque no concebimos a la divulgación como separada, y a posteriori, de la producción metódica de conocimiento. Esta idea, “produzco, luego divulgo”, no deja de ser una concepción unilateral, que entraña el riesgo de otorgarle a la divulgación un estatus historiográfico de segunda clase, lo que la impregna en la práctica un tufillo elitista y unidireccional que, por principio, rechazamos. De un lado del mostrador, lxs historiadorxs profesionales; del otro lado, el vulgo, lxs comunes, el pueblo.
Historia Obrera, por el contrario, produce y divulga como parte de un proyecto intelectual, historiográfico y político. La historia, tanto la historia vivida como la historia conocimiento, tanto el presente como el pasado, están en permanente disputa. Por lo tanto, no procuramos producir historias atractivas, sino historias contemporáneas que tengan sentido para las luchas de la clase obrera, las luchas con perspectiva de género, las luchas contra la discriminación racial, las luchas de los pueblos originarios, las luchas de los ambientalistas, para citar solo algunas de las batallas actuales más visibles y cotidianas. Así, en nuestra práctica, reafirmamos que la conciencia histórica es un arma esencial en todas estas disputas.
A quienes formamos Historia Obrera – investigadorxs, músicxs, cineastas, realizadorxs audiovisuales, ilustradorxs, diseñadorxs web, gestorxs culturales, abogadxs laboralistas, docentes de escuela media, escritorxs, activistas, sindicalistas, compañerxs de ruta ocasionales – nos motiva la reflexión acerca de las relaciones que hemos detallado en el texto, pero sobre todo, la producción colectiva y transdisciplinaria de conocimiento en formatos múltiples, con el objetivo declarado de romper con las visiones fatalistas del pasado y del presente que suponen que lo actual es inevitable e ineludible y que el mundo que vivimos no puede ser de otro modo.
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