Índice de Fragilidad Laboral

Índice de Fragilidad Laboral (IFL) 1° y 2° trimestres de 2023

Este informe analiza la incidencia y la evolución de la Fragilidad Laboral en Argentina a lo largo de 29 trimestres, en el período comprendido entre el segundo trimestre del 2016 y el segundo trimestre de 2023.

Llamamos fragilidad laboral a la distancia entre las condiciones deseables de la dinámica del mercado de trabajo y aquellas efectivamente vigentes, a partir de un “modo ideal” de comportamiento de las principales variables de empleo, ingresos y distribución. De esta forma, por oposición, el concepto de fragilidad laboral alude a la existencia de un mercado de trabajo no frágil u óptimo, dando cuenta que no sólo es relevante contar con empleos suficientes para absorber a la población activa, sino también que estos se encuentren en línea con las normas legales vigentes y sean capaces de brindar a las y los trabajadores y sus familias los ingresos necesarios para acceder a nivel de vida considerados básicos, en el marco de una distribución equitativa de los ingresos salariales.

El Índice de Fragilidad Laboral (IFL) surge como un indicador compuesto y multidimensional que sintetiza tres dimensiones o sub-fragilidades: (a) déficit de empleo (DE), definido como el grado de escasez de puestos de trabajo; (b) precariedad laboral (P), entendida como la calidad de la estructura de puestos de trabajo disponibles; y (c) pobreza e ingresos (PeI), que mide el poder de compra de los ingresos familiares en relación con la línea de pobreza y su distribución. El IFL asume valores entre 0 y 1, donde 0 representa el escenario de no-fragilidad y 1 el de fragilidad crítica. Al multiplicarlo por 100 se interpreta como el nivel de fragilidad laboral en vigor (es decir, la distancia existente entre el escenario ideal de no-fragilidad -IFL=0- y las condiciones vigentes).

De acuerdo con lo expuesto en el número anterior, la fragilidad laboral se ha caracterizado por sostener una tendencia al alza desde 2018, en el marco de la fuerte contracción de la actividad económica y caída de los ingresos operada entre 2018 y 2019, profundizada por la irrupción de la pandemia en 2020, alcanzando el valor más alto de la serie durante el último trimestre de dicho año (46,5%). Si bien durante el 2021 la evolución de los datos expresa un descenso, continúa en niveles altos, superiores al 40%. Por su parte, durante el 2022 se exhiben valores similares al año previo, hasta alcanzar un nuevo pico de 41,3% durante su tercer trimestre. Recién en el cuarto trimestre de 2022 se verifica un leve descenso al 38,8%.

Este informe incorpora a los dos primeros trimestres del año 2023, mostrando un estancamiento en los valores de la fragilidad laboral. Durante el primer trimestre el índice estuvo en 38,7% (0,6 p.p. más que en el mismo periodo de 2022) y durante el segundo en 39,7% (lo que representa una disminución de 0,7 p.p. con respecto al mismo trimestre de 2022).

Si bien cierta recuperación de la actividad económica operó positivamente sobre la generación de puestos de trabajo, los mismos no han manifestado mejora en relación a su calidad, observable en la expansión del índice de precariedad. A su vez, el régimen de alta inflación, que no fue corregido, impactó directamente sobre el aumento de la pobreza y el deterioro de los ingresos.

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