Observatorio de Condiciones de Trabajo
Este informe analiza la incidencia y la evolución de la Población No Integrada Socialmente y, particularmente, de la Fragilidad Social, durante 29 trimestres consecutivos, desde el segundo
trimestre del 2016 hasta el segundo trimestre de 2023, en Argentina.
Las personas en situación de fragilidad social son aquellas que tienen altas probabilidades de
incorporarse a la pobreza en contextos socioeconómicos críticos. No son pobres, pero tampoco están
integradas socialmente en forma plena. Mientras el concepto de pobreza hace referencia a una
situación de privación efectiva y actual, la fragilidad alude al riesgo de empobrecimiento en el futuro.
Hay personas frágiles por ingresos y frágiles estructurales. Estas últimas, además de bajos ingresos,
tienen ciertas características sociodemográficas y laborales que incrementan sensiblemente sus
chances de pasar a engrosar la población pobre en contextos económicos desfavorables.
Así, en cada etapa es posible identificar al segmento que denominamos “Población No Integrada
Socialmente” (PNIS), compuesto por las subpoblaciones de indigentes y pobres, pero también por
personas en situación de fragilidad social (por ingresos y estructurales).
Durante el período analizado se registra una dinámica de tipo “serrucho” en el indicador de Población
No Integrada Socialmente, con una tendencia general negativa. Como se analizó en el informe
anterior, esta población mostró incrementos significativos en tres etapas: 1) entre 2018 y 2019, en
el marco del proceso desregulación y ajuste económico sobre los segmentos productivos Pymes y
laborales, la PNIS pasó del 49,2% al 58,6% (segundo trimestre de 2018 vs. segundo trimestre de 2019),
sufriendo un aumento de 9,4 p.p.; 2) entre 2020 y 2021, en el contexto de aislamiento por la
pandemia de COVID-19, las estimaciones se vieron aún más deterioradas, pasando del 58,6% al 66,4%
(segundo trimestre de 2019 vs. segundo trimestre de 2020), con un aumento de 7,8 p.p., que se
reduciría 2,7 p.p. entre el segundo trimestre de 2020 y el mismo período de 2021; 3) entre 2022 y
2023 (primer semestre), se manifestó cierta recuperación en algunos indicadores económicos,
haciendo que la Fragilidad Social pasara de 63,7% a 60,2%, descendiendo 3,5 p.p. (segundo trimestre
de 2021 vs. segundo trimestre de 2022), subiendo luego a 61,5% (segundo trimestre de 2023). Es decir
que, aún en el marco de cierta recuperación económica, los condicionamientos dados por la alta
inflación, profundizaron un cuadro de deterioro en el cual la Población No Integrada Socialmente
supera el 60%.
Las dimensiones que componen el Indicador de Fragilidad Social no demuestran una mejora
sustancial. La Población indigente creció 0,7 p.p. entre el primer trimestre de 2022 y el primero de
2023, y 1,1 p.p. entre el segundo trimestre de 2022 y el segundo de 2023. Por su parte, la Población
pobre no indigente aumentó 3,7 p.p. entre el primer trimestre de 2022 y el primero de 2023, y 2,0
p.p. entre el segundo trimestre de 2022 y el segundo de 2023, lo que significa que lleva acumulado
un aumento de 5,7 p.p. en el primer semestre de 2023. Por último, la Población frágil aumentó 1,3
p.p. entre el primer trimestre de 2022 y el primero de 2023, y se redujo 0,4 p.p. entre el segundo
trimestre de 2022 y el segundo de 2023.