Un museo de grandes novedades: debates recientes sobre digitalización del trabajo y acción sindical.

Mariel Payo Esper Dra. en Ciencias Sociales (UBA). Docente-investigadora en ICSYA-UNAJ. [email protected]

Puntos de partida
La escena es bastante conocida: frente a un ejército de periodistas, “la niñera” Fran Drescher, despotrica contra la industria del cine. Con un encendido discurso advierte a lxs actores y actrices en huelga que es el momento de mantenerse firmes, porque de no ser así, “todos podrían ser reemplazados por máquinas y grandes empresas”.

Ilustración: @pri_pastrana

El contenido de la frase parece extraído de una película distópica, y se completa con imágenes como las de la huelga mundial de repartidores de aplicaciones de 2020 o el boicot de “tik tokers” en solidaridad con lxs trabajadores de Amazon que luchaban por sindicalizarse a fines del año pasado. Sólo algunos meses después, la industria automotriz norteamericana es paralizada por hombres blancos con overoles y pancartas que reclaman una tradicional recomposición salarial.
Estas imágenes reflejan la paradoja del mundo del trabajo actual y al mismo tiempo que generan cierta sensación de novedad parecen prevenirnos de caer en la trampa del determinismo tecnológico y la total “disrupción”. En efecto, las transformaciones organizativas y tecnológicas del proceso de trabajo son parte de la revolución constante de las fuerzas productivas que caracteriza al capitalismo, afectando desde siempre la composición social de la clase trabajadora en sentido sociológico, destruyendo calificaciones y empleos, y creando otros. La reestructuración productiva a la que se asiste en los últimos años presenta innovaciones asociadas a la fragmentación y transnacionalización crecientes, lo que plantea serios desafíos al tipo de acción y representación sindical instalado a nivel global a partir de la segunda posguerra.

Ilustración: @pri_pastrana

En este contexto, existen al menos tres hipótesis; la primera reflota las teorías sobre la muerte de la clase trabajadora desde un marcado pesimismo tecnológico, otra teoría que vaticina una única clase hiper-fragmentada en competencia global a través de la economía de plataformas y, por último, un conjunto de estudiosos que refieren un posible retorno a formas de acción sindical típicas de las primeras etapas del capitalismo, caracterizadas por una fuerte mercantilización del trabajo. Este breve artículo sistematiza algunos acuerdos acerca de cuáles son los desafíos que la digitalización de la economía, la emergencia del capitalismo de plataformas y la incorporación de nuevas tecnologías en la producción imponen a la acción y representación sindical y plantea algunos interrogantes, intentando evitar el catastrofismo tecnológico y la trampa eterna de la “novedad total”.

Inventario de novedades

Algunos acuerdos en los estudios recientes sobre digitalización del trabajo son:

  • La crisis de 2008 es un punto de inflexión que inauguró una nueva fase dentro de la etapa iniciada con el ocaso del fordismo. Esta crisis financiera resuelta parcialmente en el plano político a través de la aplicación de paquetes de austeridad económica a nivel mundial, promovió la desarticulación de legislaciones laborales progresivas, habilitando mayores formas de flexibilización, deslocalización e individualización laboral.
  • Las relaciones laborales son cada vez más reguladas por el mercado. Como fenómeno conectado directamente con la emergencia de la economía de plataformas- en la cual trabajaban 70 millones de personas a nivel mundial en 2019- las relaciones laborales comienzan a ser cada vez más mediadas por el mercado, lo que algunos llaman «relaciones laborales abiertas” (Wood y otros 2019). Esto implica la sustitución de las normas administrativas por mecanismos mercantiles para determinar los resultados del trabajo y el traspaso de los riesgos económicos y la responsabilidad del desarrollo de capacidades a los trabajadores. Se trata de una crisis del “contrato de trabajo” en tanto garantía jurídica y por consiguiente también de la representación y la negociación colectivas.
Ilustración: @pri_pastrana
  • Los cambios más importantes se dan en el proceso de trabajo e implican una re-mercantilización de las relaciones laborales.

Probablemente la mayor innovación del capitalismo de plataformas sea la gestión algorítmica. Es una forma de garantizar el control del proceso de trabajo a través de las TIC y, a la vez, es una forma de delegar parte del control patronal a sistemas de calificación y reputación de lxs trabajadores por parte de los clientes. Lxs trabajadores mejor puntuadxs y con más experiencia reciben más trabajo mientras que la empresa se garantiza la alta rotación y la permanencia o no de las personas en un puesto laboral a través de algoritmos cuyas formas de funcionamiento desconocemos. En apariencia, lxs trabajadores ganarían mayor autonomía, pero en realidad este proceso implica un control omnipresente y la desaparición de la figura patronal.

Fuera de las plataformas, el capital utiliza las TIC para impulsar una mayor fragmentación del proceso productivo y los colectivos laborales, lo que redunda en mayores niveles de individualización y una re-mercantilización de la relación laboral. A su vez, en el caso- cada vez más generalizado- del trabajo a distancia, las jornadas laborales son más extensas e intensas y producen el solapamiento de tareas de cuidado y trabajo remunerado en el hogar.

  • Más que los trabajos, lo que está cambiando son lxs trabajadores

Lxs nuevxs trabajadores de la economía de plataformas, que deben competir contra otros millones a nivel global, contra los algoritmos o la inteligencia artificial posiblemente confíen menos en los sindicatos “realmente existentes” con los que se encontraron. Especialistas señalan que es probable que sea más difícil que lxs trabajadores de plataformas se sindiquen, porque sencillamente no ven posible que estas organizaciones les puedan ayudar en las complejas situaciones en las que el mercado los pone, principalmente el “aislamiento” en su puesto de trabajo. Es aquí donde aparece la pregunta: ¿Acaso es más probable conseguir mejoras en sus condiciones laborales partiendo de tratos unilaterales que apelando a una solidaridad “a construir”? La respuesta que vienen dando los nuevos segmentos de la clase trabajadora mundial es un rotundo no. Lo que debemos ahora pensar es cómo se construyen esas solidaridades y qué nuevas características pueden tener.

Los desafíos a la acción sindical
Lo que hace parecer al sindicato clásico una pieza de museo no son las innovaciones tecnológicas sino el desdibujamiento de sus “efectos prácticos” (Hyman 2022). Preparados durante décadas para movilizarse contra los ataques frontales a las estructuras jurídicas e institucionales del sistema de relaciones laborales, ven socavado su poder por cambios sutiles en el mercado de trabajo y en los principios de la seguridad social. Aparece entonces la pregunta: ¿Qué nuevos recursos de poder pueden crear los sindicatos (o qué viejos pueden redescubrir) para salir a flote en estos tiempos?
La desarticulación de las legislaciones laborales protectorias, la fragmentación de los colectivos laborales y la hiper-individualización enfrentan a los sindicatos a desafíos que en general no se han experimentado anteriormente, al menos desde el siglo XIX para Europa o principios del siglo XX para aquellos países con altas tasas de sindicalización del Sur Global. Sin embargo, de las 150 acciones colectivas de lxs trabajadores de plataformas registradas entre 2015 y 2019, la mitad fueron propiciadas por nuevas formas de organización y la otra mitad por sindicatos tradicionales. Lejos de extinguirse, los sindicatos tradicionales son una referencia ineludible.

Palabras finales
Las tesis sobre el fin del trabajo marcaron las décadas finales del siglo pasado. Veinte años después, coexisten el pesimismo tecnológico con una pandemia que profundizó las asimetrías sobre las cuales se ensayan las resistencias. Beverly Silver plantea que “a la par de la destrucción de segmentos laborales, el capitalismo crea sucesivamente otros nuevos” (Silver 2021). Los obituarios de la clase obrera olvidan que “donde hay capital, hay conflicto”. Claro que esto trae nuevos desafíos y nuevas reivindicaciones.
Si los sindicatos agrupan trabajadores a lo largo de líneas de identificación e intereses comunes construidos en resistencia al control del capital en el proceso productivo y en la definición de condiciones de vida, entonces su revitalización requiere de un redescubrimiento de su contenido representativo y de su capacidad para inspirar y motivar. Las claves de esta inspiración pueden estar en el despliegue de nuevos recursos de poder construidos incluso a partir de las TIC (basta recordar la campaña online colaborativa de financiamiento sindical de lxs trabajadores de Amazon) pero es fundamental, para la reconstrucción de las solidaridades de clase fortalecer los mandatos democráticos del sindicalismo.

Bibliografía
Silver, B. (2021). Los teóricos de la globalización escribieron innumerables obituarios para la clase obrera, pero ignoraron el hecho de que el capitalismo crea sucesivamente otras nuevas. Jacobin Lat N°4.
Hyman R. (2022). El futuro de las relaciones laborales en tiempos de pandemia. Cuadernos de Relaciones Laborales, 40(2).
Wood A, Graham M, Lehdonvirta V y Hjorth I. (2019). Good Gig, Bad Gig: Autonomy and Algorithmic Control in the Global Gig Economy. Work, Employment and Society. Vol. 33.

Materiales recomendados
Revista Cuadernos de relaciones laborales – Vol. 40 N°2 (2022): Monográfico: El sindicalismo en la era digital – UCM.
Jacobin Latinoamérica N°4 ¿Adiós al proletariado?

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