Índice de Fragilidad Social (IFS)2° trimestre 2022

Este informe analiza la incidencia y la evolución de la Población No Integrada Socialmente y, particularmente, de la Fragilidad Social, desde el segundo trimestre del 2016 en la Argentina.
Las personas en situación de fragilidad social son aquellas que tienen altas probabilidades de caer en la pobreza en contextos socioeconómicos críticos. No son pobres, pero tampoco están integradas socialmente en forma plena. Mientras el concepto de pobreza hace referencia a una situación de privación efectiva y actual, la fragilidad alude al riesgo de empobrecimiento en el futuro. Hay frágiles por ingresos y frágiles estructurales. Estos últimos, además de poseer bajos ingresos, detentan ciertas características sociodemográficas y laborales que incrementan sensiblemente sus chances de pasar a engrosar la población pobre en contextos económicos desfavorables.
Así, en cada etapa es factible identificar al segmento que denominamos población no integrada socialmente, compuesto por las sub-poblaciones de indigentes y pobres, pero también por aquellos en situación de fragilidad social (por ingresos y estructurales).
Durante el período analizado se registran tendencias negativas en materia de integración social. El porcentaje de población no integrada socialmente mostró incrementos significativos en dos etapas: entre 2018-2019, en el marco de la crisis económica y social por la que atravesó el país por esos años, y la segunda en 2020, en el contexto de la pandemia de COVID-19. Si entre los segundos trimestres de 2018 y 2019 la población no integrada socialmente había aumentado 9,4 pp, de 49,2% a 58,6%, la irrupción de la pandemia llevaría a que ese porcentaje alcance un pico de 66,4% en el segundo trimestre de 2020. Si bien en 2021 el indicador registró cierta disminución, no se logró alcanzar los valores previos a las dos crisis.
Los últimos datos disponibles, para el segundo trimestre de 2022, muestran que el contexto de aceleración inflacionaria atravesado por el país se tradujo en un nuevo incremento de la población no integrada socialmente. En ese trimestre, el porcentaje de población no integrada socialmente en la Argentina ascendió a 60,2%, 11 p.p. por encima del valor registrado cuatro años antes, en el segundo trimestre de 2018 (49,2%). Del total de 60,2% de personas no integradas socialmente, 8,8% era indigente, 29,4% pobre (aunque no indigente), y un 22,0% adicional se encontraba en condición de fragilidad social. Entre la población socialmente frágil, y en forma similar a lo observado durante todos los años analizados, la mayoría, 13,7%, eran frágiles estructurales, el 13,7%, mientras el resto, 8,3%, lo eran únicamente por ingresos.

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